Después de cargar sin respiro contra la Iglesia católica y el Papa de Roma, Sinéad O'Connor la ha emprendido ahora con los pontífices del movimiento republicano irlandés. La cantante dublinesa solicitó hace unos días su ingreso en el Sinn Féin, para impulsar la causa de "una Irlanda propiamente socialista", pero el primer empujón ha sido para defenestrar a la vieja guardia. Sin haberse tramitado aún su afiliación, O'Connor pidió a Gerry Adams, de 66 años, y a otros veteranos como el viceministro principal norirlandés y excomandante del IRA, Martin McGuinness, de 64, que se jubilen y dejen sitio a jóvenes con menos historial a las espaldas.

"Pienso que los viejos del Sinn Féin van a tener que hacer el sacrificio supremo y retirarse próximamente, igual que hizo el papa Benedicto XVI", escribió la siempre polémica artista en su página de Facebook. El relevo sanearía, según ella, una formación vinculada al tenebroso y sangriento Ejército Republicano Irlandés. El Sinn Féin incrementaría "en muchos millones por ciento" el número de sus afiliados si la dirección pasara a manos de "los nacidos a partir de 1983-1984". Una generación que no está "relacionada con cosas espantosas del pasado".

La comparación de Adams con Benedicto XVI, un Papa marcado por los abusos sexuales del clero, no es casual. El presidente del Sinn Féin ha sido muy criticado por cómo ha manejado dos escándalos de agresiones sexuales a menores. Uno de ellos fue protagonizado por su propio hermano, Liam, un pederasta condenado por abusar de su hija, la sobrina de Adams. El otro está vinculado a las denuncias de Maíria Chaill, nacida en una de las familias republicanas más respetadas, silenciada por Adams y otros miembros del Sinn Féin, cuando trató de denunciar la violación que sufrió, siendo una adolescente, a manos de un miembro del IRA.

VICTIMA O'Connor vivió de niña la violencia en casa, a manos de su madre, que años más tarde moriría en un accidente de coche, un trauma que la condicionó. La adolescente rebelde pasó una temporada interna en una de las infames lavanderías de las Magdalenas, a cargo de las monjas, como castigo por algunos robos en tiendas. La música fue su salvación. En 1987, a los 21 años, alcanzó la fama con su primer álbum, The Lion and the Cobra . Poco después lograría un éxito mundial con la canción de Prince Nothing Compares 2U .

Con la cabeza rapada al cero, un vestuario andrógino y el gesto permanente de furia contenida, la irlandesa siempre se ha diferenciado del resto de las estrellas de la música. Controvertida y radical, en el pasado defendió los actos del IRA, para luego retractarse, y desató una ola de furor cuando en el año 1992, en uno de los shows más populares de la televisión norteamericana, rompió la foto de Juan Pablo II para denunciar los abusos sexuales de la Iglesia. Boicoteada, abucheada, proscrita, las revelaciones posteriores sobre la actitud abominable de una parte del clero, con el silencio cómplice del Vaticano, explicarían sobradamente su gesto.

Madre de cuatro hijos, bisexual, bipolar, con una salud mental quebradiza, el último de sus cuatro matrimonios apenas sobrevivió dos semanas. Es una luchadora tan frágil como persistente, y sus denuncias públicas suelen dar en la diana. A los 48 años, con disco nuevo y mientras prepara sus memorias, confiesa al entrar en política no haber votado jamás. "Quizá ni siquiera sea el tipo de persona que buscan" en el Sinn Féin, afirma con candor. ¡Gerry, tiembla!