La despedida de Carmen Ordóñez fue como hojear todas las revistas del corazón. El velatorio congregó a todos los personajes que las pueblan. Además de su familia --tanto los que se apellidan Ordóñez y Dominguín como los Rivera--, asistieron aristócratas, toreros, tonadilleras, famosos sin profesión conocida y un centenar de periodistas, que colapsaron ayer el madrileño cementerio de La Paz. Tras un breve responso, sus restos fueron incinerados a las cinco de la tarde.

El féretro llegó a las 11.30 horas desde el Instituto Anatómico Forense, donde se le hizo la autopsia. Los resultados no se han hecho públicos pero sus hijos, Francisco, Cayetano y Julián, explicaban a los que les daban el pésame que su madre había muerto de un infarto y que, por eso, apareció tendida en la ducha y con una contusión en la cabeza. Todos se negaron a comentar la posibilidad de que las drogas fueran la causa del paro cardiaco. Los más visiblemente afectados eran su hermana Belén y el hijo menor de Carmina, Julián, que necesitó consuelo en todo momento de su padre, Julián Contreras. La duquesa de Alba, consuegra de la fallecida, estuvo acompañada de cuatro de sus hijos: Eugenia, Cayetano, Fernando y Carlos. También acudieron la viuda del matador Antonio Ordóñez y Paquirrín, hijo de Isabel Pantoja.

SUS AMIGOS ARTISTAS De sus amigos artistas asistieron Rocío Jurado, Lolita con su hija Elena --ahijada de la fallecida, que salió del sepelio junto a su padre, Guillermo Furiase--, Charo Reina y Los Marismeños. Miguel Bosé, primo de Carmina, y José María García, gran amigo de las Ordóñez, consolaron a los que flaqueaban.

El mundo taurino también estuvo ampliamente representado por Curro Vázquez, Antonio Canales Rivera --sobrino de Carmina--, Ortega Cano, Pepín Liria y Juan Antonio Ruiz Espartaco .

Los que visitaron la capilla ardiente explicaron que Carmina estaba vestida con una túnica blanca con ribetes dorados en la que se leía "descanse en paz" y de su cuello colgaba una medalla de la virgen del Rocío, de la que era muy devota. "Aún muerta, era la más guapa. La familia lo está pasando muy mal, sobre todo Julián", explicó Ortega Cano. Fue de los pocos que hablaron con la prensa, como Marcos García Montes, que acompañó el viernes a los hijos de la fallecida en su viaje desde Sevilla a Madrid. El abogado definió a Carmina como "una mujer perdedora pero buena y honesta".

Pocos fueron los que quisieron hablar a la salida del cementerio, aunque quienes lo hicieron elogiaron el valor y la libertad que caracterizaron la vida de Carmina Ordóñez. Según explicó Kiko Matamoros, uno de los amigos de Carmina, su deseo era que sus cenizas fueran llevadas a El Rocío y a Marraquech, dos localidades a las que estuvo muy unida, aunque posteriormente señaló que se hará con ellas lo que decidan los hijos.