La personalidad del espectáculo Pasión y duende del caballo andaluz, basado en la alta escuela española y en la doma vaquera, junto al añadido fundamental del baile y cante flamenco, se ha convertido no solo en la estrella principal del Lipica Stud Farm, sino en el principal atractivo de este evento, hasta el punto que el primer fin de semana del mismo no suelen ocuparse todos los asientos del recinto cubierto donde se realizan los espectáculos y exhibiciones, pero en esta edición, el dinamismo, la plasticidad y la fuerza de la doma vaquera junto al flamenco y la vitalidad de la alta escuela española, frente a la armonía de las escuelas de equitación clásica centroeuropeas, han llenado las gradas de la pista cubierta de Lipica.

El gerente de Córdoba Ecuestre, Javier Gómez, destaca, impresionado, este recibimiento, tras el éxito que el espectáculo cordobés tuvo el año pasado en la ciudad eslovena. En esta ocasión, ante la actitud respetuosa y fría de los asistentes a los espectáculos que tienen lugar en la pista, se han volcado con aplausos durante la representación de la asociación cordobesa, llamando la atención los números El vaquero y la gitana, Carrusel de doma vaquera, y El campo andaluz, acompañados por dos bailaroas cordobesas y con fondo musical flamenco. Esta manera de montar andaluza, principalmente las representaciones en las que participan los garrochistas, suele impactar en centroeuropa, como sucedió en la Escuela Española de Equitación de Viena, siendo la mejor tarjeta de presentación de Córdoba Ecuestre.

Los números de trabajo a la mano, de la escuela española, también fueron muy aplaudidos, según Gómez, por su diferenciación a los de las escuelas clásicas Europea.

A esto también contribuye la presencia del caballo de pura raza española, animal que ha contribuido a crear la raza de los lipizanos, los célebres caballos tordos que actúan en la escuela vienesa, que conservan, al igual que los caballos españoles, esa morfología barroca que los distinguen de otras razas.

El caballo lipizano es un icono para Eslovenia, donde es muy admirado, por lo que la presencia de los pura raza española ha sido muy bien acogida por los eslovenos. El paralelismo entre España y Eslovenia llega incluso a la Unesco, donde se encuentra en trámite la declaración del caballo lipizano como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, un escalón por encima del caballo español, que tras la iniciativa de Córdoba Ecuestre, hace precisamente tres años, comenzó en febrero pasado las gestiones por parte del Gobierno español para matricular al pura raza española asimismo como Patrimonio de la Humanidad.

Al Lipica Stud Farm acude público de la las naciones vecinas y cercanas a Eslovenia, como italianos, austríacos, croatas o alemanes, que suelen llenar, principalmente después del primer fin de semana, como aclara Javier Gómez, todos los recintos donde se realizan actividades ecuestres.

Con esta presencia en Eslovenia, por segundo año consecutivo, y la del 2017, en diciembre, en Budapest, la asociación Córdoba Ecuestre ha abierto un camino en los países del este de Europa, donde se celebran eventos ecuestres importantes, que culminarán próximamente en la actuación en la Plaza Roja de Moscú, junto a destacadas escuelas internacionales.

La presencia en Lipica forma parte de las actuaciones de la asociación ecuestre cordobesa en las principales ferias internacionales, consiguiendo, entre otros objetivos, según el presidente de la entidad, Rafael Blanco, «mejorar la imagen de Córdoba Ecuestre y de la Marca Córdoba», «unidas siempre».

Pero Lipica es un paso más dentro de la presencia del caballo cordobés en el mundo, pues actualmente Javier Gómez está estudiando varias ofertas internacionales, algunas de ellas se encuentra en estado muy avanzado, para la salida de Córdoba Ecuestre al extranjero. Aunque todavía quedan cuatro actuaciones más, como país invitado, en Lípica, además de una gala especial que tendrá lugar el próximo sábado, dedicada a Andalucía, representada por Córdoba Ecuestre.