Segunda vez que la Universitaria llega a carrera oficial y segunda ocasión en la que el sol toca la piel del Cristo, que sigue la fisonomía del hombre de la Sábana Santa. Un sol que era un latigazo más para la imagen de Juan Manuel Miñarro y que asfixiaba a los hermanos con su negra túnica y capucha alcantarina. Decididamente, no solo la estética, sino la intendencia de esta cofradía está diseñada para la noche y su salida, a dos horas de la puesta de sol para que cumplan su trabajo faroles con cirios amarillo tinieblas, le hace flaco favor a la hermandad. En todo caso, lució con más luz que nunca Nuestra Señora de la Presentación y el Cristo, uno de los más retuiteados del mundo (y basta mirar las redes sociales) justo por encarnar el misterio de la Sábana Santa, brilló por sí solo sobre estatis morado con hojas de laurel. La Universitaria, por segundo año en carrera oficial, dio una lección más de compostura con su corto número de nazarenos. Novedades no hubo, aunque, y tratándose del carácter formativo y estudiantil de la Universitaria, habría que computarle como estrenos el reciente ciclo de conferencias sobre la Sindone por el 25 aniversario de la corporación, de altísimo nivel, o la coorganización de la 4 Convención Nacional del Centro de Sindonología, a celebrar en Córdoba en octubre.