Toda persona nacida en Estados Unidos es ciudadana de ese país y del estado en que resida. No importa la situación legal de los padres: cualquier bebé nacido en EE.UU. se convierte automáticamente en ciudadano americano. Esto es lo que recoge la Decimocuarta Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos y ha servido de argumento para que cientos de mujeres de otros países decidan dar a luz en este país.

A este fenómeno se le llama “turismo de partos” y ha alcanzado cifras considerables en los últimos años. Mujeres de China, Nigeria, Corea del Sur, Turquía o el Este de Europa se han apuntado a esta práctica, pero el principal volumen de embarazadas procede de Latinoamérica. Según el Centro de Estadísticas de Salud de los Estados Unidos, el mayor número de latinoamericanas que se acoge al turismo de partos procede de Venezuela, Brasil y Colombia.

¿Cómo funciona el turismo de partos?

Para entrar en los EE.UU. de forma temporal es necesario solicitar la visa ESTA para Estados Unidos. Esta autorización en línea, que se tramita en 10 minutos, tiene una validez de 3 meses y permite entrar en el país con fines turísticos, de negocios o como medio de tránsito hacia otra nación.

Eso sí, para poder acogerse a esta posibilidad es preciso que el país de origen pertenezca al programa de exención de visado, del que forman parte actualmente una totalidad de 38 países. Las personas que no puedan obtener este permiso electrónico deben solicitar los visados correspondientes a través de las embajadas.

Una vez obtenido el permiso de entrada, los visitantes pueden circular libremente por Estados Unidos dentro de los plazos establecidos y este es el periodo que aprovechan muchas mujeres dentro de las últimas semanas de gestación. Poco antes del parto ingresan en una clínica americana para convertir a sus hijos en ciudadanos estadounidenses.

Un buen negocio para las clínicas

El turismo de partos ha generado un importante negocio para las clínicas privadas. Numerosas compañías ofrecen paquetes que incluyen el parto o cesárea, un par de consultas antes y después del alumbramiento, la partida de nacimiento y el pasaporte americano para el recién nacido.

Para poder realizar todo este proceso y no levantar sospechas entre las autoridades, se pide que las embarazadas entren en el país cuando todavía no dan muestras evidentes de embarazo. De esta manera, no queda constancia de que la finalidad del viaje sea única y exclusivamente dar a luz en territorio americano.

Ventajas para el recién nacido

La principal motivación para realizar el turismo de partos es ofrecer al bebé unas buenas perspectivas de futuro. La nacionalidad americana permite acceder a una educación básica gratuita y obtener descuentos en las matrículas universitarias. Además, elimina cualquier impedimento legal para acceder a un trabajo. Por otra parte, los hijos nacidos en EE.UU. pueden solicitar el permiso de residencia para los padres al cumplir los 21 años.

Cada año nacen en Estados Unidos cerca de 8.000 niños con madres que declaran residir en el extranjero. Las principales ciudades donde acuden las futuras madres para dar a luz son Los Ángeles, el Paso, en Texas, y Miami.