El Peñarroya, que ganó su primer partido la semana pasada en Montalbán, será el rival del Pozoblanco este domingo, a las 12.00 horas en el estadio de Casas Blancas. Los de Carrasco vienen con la moral por las nubes tras la victoria el pasado domingo ante el San José. Les hacía falta un triunfo para recuperar la autoestima. El equipo tiene calidad y jugadores muy importantes para esta categoría. Además ha conseguido vaciar su enfermería y todos están a disposición del técnico, incluidos los dos últimos refuerzos, Yuma y Sarmiento.

El objetivo sigue siendo estar arriba. El ascenso a Tercera está complicado con la marcha que está llevando el Espeleño, aunque nadie descarta nada. Estar entre los siete primeros está al alcance de la mano pues ante los equipos grandes el conjunto está mostrando su mejor cara. De momento, el Pozoblanco es décimo segundo aunque las diferencias con los que le preceden son mínimas. Otro de los quipos que ha mejorado en las últimas semanas es el Atlético Villanueva, que ha despertado del letargo de inicio de campaña.

El Peñarroya habita en la cola de la tabla. Muchos de los jugadores de la campaña pasada se marcharon dejando al equipo huérfano en muchas posiciones del campo. No obstante, sigue siendo un equipo incómodo que no baja los brazos. El partido, por la cercanía y la historia de los dos equipos, es de rivalidad. Son dos conjuntos que se conocen muy bien y que saben las cartas que tiene el contrario. La historia ha hecho que se midan en infinidad de ocasiones. No es un derbi aunque sí un partido donde se juegan tres puntos y la honra futbolística.