Verano 1993, ópera prima de la directora catalana Carla Simón, ha sido la película elegida por la Academia de Cine para representar a España en los Óscar, en los que competirá por el premio al mejor filme de habla no inglesa. Como ya sucedió en el 2011 con Pa negre, de Agustí Villaronga, una película rodada en catalán vuelve ahora a aspirar al premio de cine más internacional. Lo curioso es que, preguntada ayer Simón sobre los potenciales de su película, esta se refiriese precisamente a la «universalidad» del poder emocional que desprende. «Es un lenguaje universal, que no entiende de fronteras», expresó. Curioso, precisamente ahora que en su Cataluña natal hay partidos que pretenden todo lo contrario, en un verano que no es de ficción.