33 Que la suerte es caprichosa, lo sabemos, pero a veces, además, le gusta recrearse. Y hablamos de buena suerte, qué si no. Como la de ese matrimonio sevillano que este fin de semana se desplazaba hasta el núcleo costero de El Portil, de Punta Umbría, en Huelva, para limpiar su apartamento de vacaciones y, tras ‘invertir’ un euro en la Bonoloto, a la que no juegan normalmente, resultaron agraciados con más de 2,1 millones de euros en el sorteo del sábado. Según ha declarado la lotera que les vendió el boleto, Toñi Barroso, el matrimonio solo gastó un euro en un billete automático, por lo que ni siquiera eligieron los números. A eso se llama buena suerte, decíamos. Claro que para que toque, hay que comprar, aunque solo sea un euro.