Soy una persona que, con la tranquilidad que me ha dado la jubilación, paseo por Córdoba viéndola de distinta manera.

Un día me paré en el Pretorio. Estuve un buen rato observando el magnífico conjunto de Séneca y Nerón donde se ve el diálogo entre los personajes.

Esta estatua la conozco yo desde pequeño, cuando estaba en el Ayuntamiento. Hoy en día, está en un lugar rodeada de grandes avenidas donde al cabo del día pasan por su lado miles de cordobeses que no la ven. Van en coche, ya que andando pasa muy poca gente, y turistas ni uno.

No hace falta tener mucha imaginación para ver cuál sería su ubicación natural, que para mí no es otro que el entorno de la Puerta del Puente. De haber estado en este lugar, el millón quinientas mil personas que nos visitaron el año pasado se habrían ido sabiendo quién fue Séneca y qué lugar ocupa en la historia de Córdoba.

Esto no pasa con Maimónides, ya que está donde tiene que estar, en la Judería. Es raro pasar y no ver a un guía o dos explicándoles a sus respectivos grupos quién fue este personaje. Si da la casualidad de que no haya nadie, la estatua habla por sí sola de la gente que la visita ya que tiene partes gastadas, como las babuchas, de apoyarse las personas cuando se fotografían con ella. Y estas fotografías con su historia se expanden por todo el mundo creando a la vez una propaganda inmensa y gratuita.

En las ferias internacionales de turismo, Córdoba expone las partes más relevantes de su historia para conseguir el mayor rendimiento posible. Yo le sugiero a los señores responsables de Turismo y Cultura que se den un paseo por el Pretorio y comprobarán que allí no hay fotos ni guías de turismo y se ve cómo Séneca está completamente ignorado.

Manuel Jimena Fernández

Córdoba