Mala suerte, como adverso signo de los tiempos que corren, la de contar con una múltiple clase política tan mediocre, al igual que una no menor proporción de la intelectual, excepciones honrosas aparte, que siempre las hay para aseverar la regla, pero que se producen con cicatería. Gente temerosa o de perder, una u otra, su subvencionado sustento, cuan mamones permanentemente insatisfechos de la generosa ubre de los presupuestos generales del Estado, o de pecar de políticamente incorrectas, o de perder el precario y aureolado poder que ansían mantener.

Cuando, además, no pocos, y algunos pertenecientes al selecto club de la denostada casta, incluida la política, de abundantes e irresponsables ejemplares, han quedado más que desacreditados ante la opinión publicada siendo escarnio de la pública, bien por sus inverecundas actitudes, corrupción incluida, ya por sus ignominiosos hechos, ora por sus falaces argumentaciones, o por su escaso conocimiento e ilustración, para no pecar tildándola dizque de analfabeta e ignorante. Como, por ejemplo, aquel nefasto y tibio solemne, aupado a la elite, que alucinado otrora asignaba al viento la titularidad de la tierra, cuan una cursi metáfora poética; si no es que, dándole hedionda carnaza a los nacionalismos radicales, obtusos y separatistas, minusvaloraba y malinterpretaba el significado de nación, confundiendo su carácter jurídico-político con el cultural o socio-ideológico, entrando así en el extenso berenjenal filosófico profesionalmente propio de los estudiosos de este multiforme asunto; siendo la nación una concepción política entendida como el sujeto en el que se ubica la soberanía de un Estado, y que con el propósito de zanjar posibles discusiones, en cuanto a su interpretación se refiere, siempre queda fijada en los textos constitucionales a poco de entrar en ellos.

Y así algunos de estos personajes, apologetas del populismo y la demagogia, de manifiesta doblez e hipocresía, muestran sus contaminantes doctrinas a modo de santones de los comportamientos éticos, como los que se dicen progresistas.

* Doctor ingeniero agrónomo

Licenciado en Derecho