No me lo puedo creer, no lo puedo asumir. Una nueva tala de árboles frondosos se ha realizado en mi barriada. Arboles que no presentaban signos de enfermedad o decrepitud. Me resulta inconcebible que nuestro Ayuntamiento una vez más se muestre insensible en el tema de la conservación de nuestro patrimonio arbóreo. Otra vez se ha llevado por delante los árboles que había en la calle Infanta Doña María entre los cruces con Don Lope de Sosa y José María Valdenebro, que por la amplitud de su copa proporcionaban una abundante sombra.

He oído decir que la tala se debe a que las ramas se introducían en las ventanas de las viviendas, de lo que se quejaban los vecinos. Si esto es cierto, no comprendo cómo se antepone el interés de unos pocos vecinos al beneficio de los habitantes de la barriada.

¿Se sustituirán los árboles suprimidos por naranjos que no darán ni mucho menos la sombra que ahora hemos perdido al igual que se hizo en el primer tramo de esta calle con el desastroso resultado que hoy tenemos que lamentar? La señora Candelario probablemente considerará que estos argumentos son solo el derecho al pataleo. No me importa, pero la realidad es que prácticamente todos los habitantes de esta barriada de Ciudad Jardín piensan que mejor haría estándose quietecita en lugar de ir de error en error.

Manuel Huertos Rodríguez. Miembro de la AVV Ciudad Jardín y de la Asociación de Amigos de los Jardines Públicos

Córdoba