Con la muerte en pocos días de dos grandes líderes, como lo eran Emilio Botín e Isidoro Alvarez, surge de nuevo el papel de las grandes empresas encuadradas en el llamado Consejo Empresarial para la Competitividad (CEC), un lobby económico que reúne a las diecisiete mayores empresas españolas.

Y es que en medios empresariales competentes se preguntan ¿qué proyectos tienen ahora otros líderes del mencionado Consejo? Es como si la ausencia de los dos empresarios mencionados les hubiera sumido en una especie de letargo, donde lo único que anhelan es "consolidar" lo ya invertido. Y dado el nivel de apalancamiento que ha alcanzado la sociedad española se entiende pero, al parecer, los grandes gestores españoles están a la defensiva. Algunas empresas han realizado adquisiciones (un ejemplo es Gas Natural Fenosa y su compra en Chile), pero fuera de eso, muchas otras siguen consolidando posiciones. Cuanto menos, es curioso.

Y hablando de líderes, una especie amenazada de extinción, ahora que, en estos tiempos convulsos que atravesamos, más los necesitamos, en todos los ámbitos, pero muy especialmente en el mundo de la empresa.

El líder es la persona de la que dependen todos. Es aquel que hace que las cosas sucedan. El líder sabe muy bien que solo se puede luchar por lo que se quiere, solo se quiere lo que se respeta y sólo se respeta lo que se conoce. Un líder lo sabe, lo utiliza para el beneficio de la organización o la empresa. Se encarga de motivar para que exista el optimismo, se multiplique la fuerza y se produzcan resultados favorables para la empresa. Sabe que si no hay fe en el futuro, no hay poder en el presente.

Actualmente, la mayoría de las empresas se enfrentan a una escasez de líderes y a un exceso de administradores. Como bien dice Warren G. Bennis, uno de los autores más reconocidos en temas de liderazgo: "Los managers son los fanáticos cortoplacistas de la organización. Las organizaciones están sub-lideradas y sobre-administradas".

Una cosa es administrar y otra cosa es liderar. Administradores hay muchos, los líderes son materia casi extinta.

La educación y la formación que se ofrece actualmente en muchas de las escuelas de negocios se basa demasiado en la teoría empresarial y las ideas de cómo administrar un negocio, mientras dejan de lado la formación basada en desarrollar el poder de decisión, de responsabilidad y de entusiasmo. Los futuros profesionales en Administración de Empresas tendrán grandes retos y probablemente poco temple para afrontarlos.

¿Problema u oportunidad? Tal vez una oportunidad para los consultores empresariales que tendrán exceso de trabajo debido a que los administradores de empresas los llamarán constantemente pidiendo ayuda para salir a flote y no naufragar. Como la situación se les escapará de las manos y la competencia se volverá aún más feroz, acudirán buscando ayuda externa por falta de liderazgo a nivel interno. También es cierto, y Karl H. Marx ya lo planteó cuando dijo:"En cada época hay hombres que dominan y otros que son dominados".

La verdad es que muchas de las empresas nunca llegan a la cima debido a que no tienen un rumbo claro, pensar que una empresa tiene un objetivo común y una visión que todos comparten y viven, es casi imposible. Y ¿cuándo sucede esto? La respuesta es clara: Cuando existe una ausencia de liderazgo.

En fin, la educación y la formación de las personas deberían promover mucho más el desarrollo de líderes mediante el fomento del poder de decisión, de voluntad y de responsabilidad. De esta manera es probable que veamos más pequeñas y medianas empresas comandadas por grandes visionarios.

Y volviendo a Warren G. Bennis: "Los líderes no surgen de la nada. Deben ser desarrollados: educados de tal manera que adquieran las cualidades del liderazgo".

* Presidente de la Confederación de Empresarios de Córdoba (CECO)