La crisis económica está siendo de lenta y dolorosa digestión en términos generales, pero la sensación se acentúa al hablar de la banca, que todavía proyecta --y lo considera inevitable-- nuevas fusiones, con los correspondientes cierres de oficinas y despidos. La noticia es difícil de digerir, especialmente si se difunde el mismo día en que el juez manda al banquillo a ocho directivos de la CAM por falsear las cuentas y cobrar ilegalmente 47 millones de euros. El saqueo sigue aflorando.