Juan Reyes Campos es un muchacho de Marchena. Ello, aparentemente, es algo más normal que el copetín. Y más si cabe cuando Juan Reyes Campos nació en el seno de una familia gitana de las más típicas en la actualidad: vendedores ambulantes, con un nivel de formación media; como lo éramos todos, gitanos y payos nacidos en barrios obreros que al llegar a una edad no podíamos pararnos mucho a leer pues había que currar por cumplir con la solidaridad familiar. Pero nuestra ausencia en las universidades se perdonaba porque tal carencia era copada por esa preciosa unión con tus seres queridos, circunstancia que daba a diestro y siniestro matrículas de honor en educación cívica. Juan Reyes Campos debería ser una persona corriente como somos la mayoría de esa parte de pueblo que he descrito. Pero Juan Reyes Campos un día de su niñez decidió dar un montón de pasos más: se propuso estudiar más que un loco, aunque le faltara el espacio adecuado. Y es que Juan Reyes Campos nació dentro de una familia numerosa que tenía una vivienda normalita. No tenía cuarto de estudio y por eso estudiaba solito en las escaleras de su bloque sin pedir nada del otro mundo, consciente de que sus padres tenían que atender las necesidades de sus hermanos. Allí pasaba las horas tragando libros para ascender en la sociedad a través del conocimiento exhausto. A Juan Reyes Campos los trepas se la pelan. Se licenció en Empresariales y rápido se colocó en un banco. Pero esa actividad no era aceptada por su espíritu ávido de aventura solidaria, sobre todo cuando comprobó que los préstamos no eran sinceros y que, en un banco, una persona sin aval vale menos que nada; aunque no estudio letras, para Juan Reyes Campos las personas no podían ser nunca solo números. Él era un animal social y necesitaba habitar su entorno. Por eso, Juan Reyes Campos pasó la entrevista de trabajo en la ONG Fundación Secretariado Gitano, donde pasó de mediador social de Linares a coordinador en Sevilla, hasta que hace unos años la dirección europea de esta entidad estimó necesario para cumplir con los objetivos que Juan Reyes Campos fuese el director de Andalucía, incluido el dispositivo de Córdoba que tan puntero marcha. La Fundación Secretariado Gitano con su disciplina y oficio supera muchas veces a programas públicos. Detrás de una gran ONG siempre hay grandes personas porque sus siglas en sí no tienen sentido si no son representadas por currantes de categoría. Juan Reyes Campos es el ejemplo.

* Abogado