Conocido como Spiriman, este médico parece sobrepasado por su propio personaje. De ser valorado como líder de la marea blanca que exigió mejoras en la sanidad pública en Granada, ha pasado a que 2.500 firmas avalen un escrito que pide a la Fiscalía que actúe contra él por sus «mensajes de odio» e «incitación a la violencia» contra el personal sanitario, periodistas y políticos.