Un tribunal ha encontrado al líder del ultraderechista Partido por la Libertad culpable de insultos y mensajes discriminatorios contra los holandeses de origen marroquí (venía a decir que los echaría), pero lo ha absuelto del delito de incitación al odio. El castigo no implica ni una multa, así que, mientras parte de la opinión pública clama contra la tibieza de la sentencia, el político la considera «una vergüenza».