Los ciudadanos observamos resignados y aburridos cómo en los medios de comunicación locales se comienzan a calentar los motores electoralistas de las municipales 2015. Pronto estará aquí la campana electoral y es necesario chapucear y enjalbegar la casita de las promesas electorales que como casi siempre se encuentra abandonada y medio derruida, pues pocas veces se cumplen las expectativas. Pero va siendo hora que desempolvemos ya de una vez por todas aquello de Anguita de programa, programa y programa. Pero ¡ojo! No el programa de la legislatura que nos convoca a ejercer nuestro ejercicio al voto, sino la anterior a ésta. Una de aquellas promesas de las elecciones del 2011 que más sustanciaron los programas de los candidatos a la Alcaldía fue el empleo. No hubo quién no jurara, incluso algunos hasta empeñando su cargo de alcalde en el caso de salir elegido, reducir el paro en la ciudad de manera sustantiva. Pues bien, ya ha pasado casi todo la legislatura y aquí, que se sepa, fuera de los discursos electoralistas y partidistas, y del y tú más, nadie ha hecho nada relevante ni contundente por fomentar el empleo. Los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondientes al segundo trimestre de este año siguen arrojando un dato demoledor e inaceptable para la provincia de Córdoba de más de un treinta y tres por ciento de paro. Esta situación, en una tierra cargada de recursos potenciales de progreso y riqueza es como cuando Einstein fracasaba en la escuela: fallaba el sistema. Como aquí fallan las políticas y los políticos, más preocupados en tejer su tela de araña que expanda sus expectativas partidistas y que atrape a su adversario también político, claro. Ahora nos toca a los votantes comenzar a tejer nuestra propia tela atrapa mentiras electorales. O esto o la resignación de ser engañados una y otra vez.

* Publicista