Cuando llego a la Estación Central de Córdoba, ya que no hay otra más en la ciudad, siempre pienso en un nombre que la distinga y la dé a conocer a todos cuantos se acercan, a cuantos nos acercamos a ella. Y, como muy bien sabemos, en su lema dice: "Córdoba, casa de guerrera gente y de sabiduría clara fuente...". Y, más aún en el poema que Góngora dedicó a la ciudad desde Granada, nos recordaba y decía "¡Oh siempre gloriosa patria mía, tanto por plumas cuanto por espadas!". Por tanto solo habría que ponerse de acuerdo, cosa difícil quizás, en elegir a uno de tantos ilustres vecinos que nos han antecedido. Desde la Córdoba romana, visigoda, árabe, judía y castellanizada, hasta nuestros días. Sin polemizar ni tomar partido. Yo desde la distancia, voto por Don Luis de Góngora, creo que define muy bien el carácter del cordobés, que entre senequista, de otro cordobés ilustre Séneca, y gongorino han hecho la idiosincrasia cordobesa, plasmada en sus gentes, en la forma de hablar y de sentir, en sus patios, plazas y tabernas. Va por Córdoba...

Antonio Castilla Navarro

Bruselas (Bélgica)