Cuatro elecciones primarias ha celebrado el PSOE en otras tantas autonomías el pasado fin de semana. En Cantabria y La Rioja los nuevos secretarios generales pertenecen al sector sanchista, pero en las baronías de Extremadura y Comunidad Valenciana el fuerte respaldo recibido por Pedro Sánchez en las primarias federales no se ha visto trasladado a las organizaciones regionales, en las que continúan, respectivamente, Guillermo Fernández Vara y Ximo Puig. La situación habla de la independencia de la militancia socialista, que ha distinguido entre el ámbito federal y el más cercano, manteniendo a estos barones que en su momento respaldaron a Susana Díaz frente al actual secretario general del PSOE. También Díaz tiene garantizada su reelección como secretaria general de Andalucía, al no haber cuajado ninguna alternativa, si bien está por ver la fuerza que consiguen los sanchistas en la elección de delegados al futuro congreso del PSOE-A, así como la cuota de poder que obtengan. De obtenerla, porque ayer el secretario de Organización de los socialistas andaluces, Juan Cornejo, volvió a pedir unidad y aseguró que el Congreso Federal «ya terminó» y se supone que «no hay grupos». Tal y como están la cosas, no parece que la estructura del partido haya cambiado sustancialmente tras la elección de Sánchez, y eso le sitúa ante el desafío de evitar enfrentamientos y hacer convivir estas diferentes culturas.