Carlos Coloma, flamante bronce de ciclismo de montaña en los Juegos Olímpicos de Río 2016, reveló que en la última vuelta de la prueba, el mecánico le dijo "que lo hiciera por sus hijos y por su familia", en el que era el día de su "vida" y no lo podía "dejar pasar".

"Hubo momentos que pensaba que podía ganar la carrera, era un día de soñar y de dejarme la piel. Al final cuando me cogió el francés se complicó un poco todo, pero el mecánico me dijo que lo hiciera por mis hijos, por mi familia", relató Coloma a su llegada al Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas junto al resto de la delegación española.

"Dije que la última vuelta me iba a morir por el camino y ataqué seis u ocho veces hasta que (Maxime Marotte) se quedó atrás y vi que era el día de mi vida y que no lo podía dejar pasar", agregó a continuación.

El ciclista riojano señaló que Marotte es "un corredor muy fuerte" que siempre ha demostrado "mucha solidez". "Veía que era complicado ganarle, pero al final estaba pensando que era la única posibilidad en mi vida o de las pocas de conseguir medalla olímpica. Aunque no era fácil, intenté hacerlo lo mejor posible", apuntó.

"Al cruzar la línea de meta sentí mucha ilusión y sentí que fue un sueño realizado. Después de tanto trabajo y sacrificio, poder tener esta medalla es un sueño en mi carrera deportiva", confesó.

Coloma reveló que ahora "hay que reorganizar" toda la preparación hasta Tokyo, donde llegaría con 38 años. "Será complicado llegar al mil por ciento, aunque tampoco será una edad tan avanzada. Tengo más ilusión que nunca y estoy dispuesto a trabajar duro para ello", indicó.

Pero antes, el ciclista, que fue recibido en el aeropuerto por sus dos hijos, admitió que ahora iba a celebrar el bronce con los suyos. "Ahora a celebrarlo con mi familia, con La Rioja, con mi pueblo y con todos los españoles, por supuesto", cerró.