Las obras de reforma de la Corredera encaran desde hace unos días su recta final con la colocación del nuevo pavimento en el tramo que discurre entre el callejón de El Peso y la confluencia de las calles Santa Ana, Fernández y Canivell y Corredera.

El último hallazgo arqueológico en la zona -que resultó ser un pozo de agua de la vivienda que existía en ese punto de la plaza- no ha repercutido finalmente en el normal desarrollo de las actuaciones que, no obstante, han contado con un retraso sobre el calendario inicialmente previsto.

No en vano, la empresa adjudicataria solicitó disponer de un margen adicional de mes y medio para concluir definitivamente las obras, después de solventar los problemas técnicos provocados por una conexión compleja en la red de abastecimiento que obligó a Aguas de Montilla a decretar un corte de agua que afectó a casi todo el casco urbano.

De este modo, y tras la «compleja renovación» de las infraestructuras subterráneas de saneamientos, agua y alumbrado, los operarios de la firma General de Estudios y Proyectos iniciaron la pavimentación de la calzada con una terminación similar a la intervención realizada en el tramo anterior, que finalizó en la esquina con la calle San Fernando.

Asimismo, la intervención en el centro de Montilla ha contemplado la mejora de las luminarias y un cambio en la configuración de la plaza con el objetivo de mejorar su aspecto, gracias a la instalación de mobiliario urbano y a la creación de zonas ajardinadas, junto con la eliminación del cableado aéreo y la reubicación y ampliación de los contenedores soterrados, que se situarán en la calle Fernández y Canivell.

Además, ante la inexistencia de equipamientos similares en el centro de Montilla, desde el equipo de gobierno se apostó por la creación, junto a una zona de estancia para peatones, de un área de juegos infantiles en uno de los laterales de La Plazuela.