La sociedad se enfrenta a cambios para los que posiblemente no estemos preparados. La globalización de la economía está trayendo consigo unos desajustes difíciles de acometer desde el modelo de bienestar occidental. Es de justicia disfrutar de los derechos alcanzados tras siglos de lucha social, por supuesto. Sin embargo, no resulta fácil, y cada vez es más complicado dar la respuesta que precisa la ciudadanía. Evidentemente, si cada vez son menos quienes cotizan a la Seguridad Social y aumenta el dinero que se tiene que destinar, por ejemplo, a pensiones, sanidad o educación, el modelo no resulta sostenible. Por ello, la clave es incentivar la economía para generar empleo e ingresos.