La pedanía lucentina de Las Navas del Selpillar celebró ayer su primera pisa de uvas abierta, en la que participaron niños y mayores, algunos de ello paisanos emigrantes afincados en Cataluña desde hace más de 40 años. Aún con el olor a fiesta, y pese al sueño de algunos trasnochadores, a primera hora de la mañana, en su último día de feria, se iniciaba la corta de las uvas de las variedades Pedro Ximénez y de la tinta Tempranillo. El fruto era vendimiado en el cortijo de Los Gregorios, dentro de la aldea, sede de la bodega Nava del Silpia. Se trata de una pequeña empresa dedicada a la producción de vinos artesanales, al enoturismo, oleoturismo y el alojamiento rural.

Tras la corta de la uva y su traslado al cercano Centro Enogastronómico Olivino de Las Navas, cortadores y visitantes disfrutaron de un desayuno molinero en las inmediaciones del lagar portátil instalado en las pérgolas de centro, ubicado en la antigua estación de ferrocarril Moriles-Horcajo, al pie de la vía verde de la Subbética.

Tras ello se inició el mágico proceso de la elaboración del mosto, con la explicación del anfitrión y bodeguero, Gregorio Córdoba, acerca de cada uno de los procesos que se siguen tanto para el vino blanco, como para el tinto. Después se pudieron degustar los mostos que, dentro de unas semanas, serán vino. Además se pudo contemplar la primera exposición de los productos de las huertas locales .