Juan A. Molero, agricultor

El mundo del anís está de luto tras el fallecimiento de una de las personas que durante muchos años ha luchado para sacar adelante un sector que hoy se encuentra en uno de los mejores momentos, sobre todo en la campaña navideña. Nos ha dejado Juan Antonio Molero, alma, en su momento, de las Destilerías de Rute. Juan Antonio lo ha sido todo en el mundo de los aguardientes y destilados. Una de las personas de referencia en este ámbito y siempre en su Rute natal. Nos presentó, hace ya muchos años, mi buen amigo José Joaquín Martín, que también nos dejó. Estaba interesado en encontrar un asesor fiscal con el que compartir sus cuitas tributarias, siempre plasmadas en un papel, una tras otra, anotadas con mimo. Desde entonces y cuando, “los de Rute”, llegaban al despacho de Córdoba, no había que preguntar por los visitantes. El olor a anís impregnaba todo el ambiente. Ellos eran sin duda. Comenzó su actividad con su padre, en la destilería de Anís Molero situada en la calle Alfonso de Castro (El Chorreadero). En 1971, junto a su tío, funda Destilerías de Rute, S.A. Su marcas de Anis Miguelín, Molero, Calerito o Martorel, llegan a toda España. Tras dejar el mundo de los licores en el 2000 se centró en su actividad agrícola y su familia, siempre en el entorno de Rute, con escapadas a Granada y Málaga. Juan Antonio era un conversador infatigable. Amigo de sus amigos. Pocos, pero bien avenidos. Meticuloso hasta decir basta. Y, ante todo, buena persona. Desde ese cielo que, sin duda se merece, nos mirará a todos con su cara de pícaro de siempre y seguirá discutiendo por toda la eternidad. Los que lo conocían manifestaron tras su fallecimiento que Juan Antonio ha sido a lo largo de su vida una persona cabal, luchadora y amante de las tradiciones de su pueblo, que las ha cuidado y promocionado allá donde ha ido. De hecho, la huella imborrable de sus marcas aún pervive en la memoria de muchos. JAVIER MARTÍN