Una ola de inquietud se ha instalado entre los miembros de diversos cuerpos policiales por toda España un día después del ataque sufrido en la comisaría de los Mossos d'Esquadra de Cornellà.

Y especialmente entre los ertzainas, cuya jefatura está retirando las mamparas de protección de las comisarías. El sindicato Profesional de la Ertzaintza SiPE-Fepol ha dirigido este martes una carta a la consejera de Seguridad del Gobierno Vasco pidiéndole que vuelva a instalar mamparas y dé marcha atrás en una orden interna, que ya tiene un año de vigencia, que impide a los agentes de la policía vasca llevar sus armas encima cuando no están de servicio.

La carta señala que "después del ataque sufrido en la comisaría de los Mossos d’Esquadra de Cornellá, donde una persona ha intentado agredir a un agente con un cuchillo" las medidas de la jefatura de la Ertzaintza "retirando las mamparas blindadas que estaban situadas en la recepción de atención a los ciudadanos lo único que originan es (…) poner en riesgo la vida de los ertzainas".

La carta le recuerda al Gobierno Vasco un incidente en la comisaría de Beasain, donde un agresor consiguió penetrar en enero de 2017 sin más consecuencias. También recuerda el ataque frustrado por la Policía Nacional en Tenerife el pasado día 16, igualmente perpetrado por una persona armada con un cuchillo.

Alerta 4

En la misiva, a la que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, se le indica a la consejera vasca que el nivel de alerta antiterrorista 4 ha sido ratificado de nuevo. Por ello, el SiPE considera "una insensatez" la "retirada de mamparas de seguridad en las comisarías y la prohibición de portar el arma reglamentaria" cuando se acaba el horario de servicio.

La policía francesa tenía también una prohibición de porte de armas fuera de servicio, pero fue anulada hace tres años, cuando el nivel de alerta antiterrorista subió a 4 en territorio galo. En junio pasado, en la última reunión de la Mesa de Seguridad, que organiza la Secretaría de Estado, de todos los cuerpos policiales participantes (incluidos los Mossos), solo el jefe de la Ertzaintza, Jorge Aldekoa, consideró que en Euskadi se podía bajar la actual alerta a nivel 3.

La retirada de mamparas en comisarías -y también en coches patrulla- lleva ya un año en marcha, y, según Juan Carlos Sáenz, secretario de Organización del SiPE, se ha desarrollado desoyendo el punto de vista de expertos como los de la comisaría de la Ertzaintza en Zabalburu (Bilbao). "Su turno nocturno de denuncias es el más peligroso de toda Euskadi", dice Alonso. Allí son frecuentes los incidentes, y algunos “visitantes” han llegado a arrojar las papeleras a los agentes, entre otros objetos.

"En vez de mampara, en Recepción ponen dos agentes. En el momento en que un ertzaina resulte herido, haremos responsable a la consejera", advierte Alonso.

La mitad de los ataques contra policías en Europa desde 2015 "se han ejecutado con arma blanca", recuerda Interior a los municipales

Más vigilancia

El ataque de Cornellà tiene otras consecuencias. Al tiempo que los ertzainas expresan su exigencia, policías de diversos cuerpos han desempolvado en diversos puntos del país la instrucción 6/2017 de la Secretaría de Estado de Seguridad, que contiene unas "recomendaciones de autoprotección para los cuerpos de Policía Local relacionadas con el riesgo de atentado terrorista".

La circular de Interior se dirige a los municipales considerándolos los más expuestos, por ser sus patrullas callejeras las más frecuentes, y por carecer de las medidas de contraviligancia que sí tienen otras policías. El texto corría este martes por todo tipo de foros y grupos de contacto policiales.

La instrucción recomienda extremar la vigilancia en contactos de proximidad con otras personas, recordando que "el cincuenta por ciento de los ataques terroristas contra el personal policial cometidos en Europa en los últimos tres años se han ejecutado con arma blanca".

La instrucción recuerda a los agentes que los "servicios de protección estáticos" (policías en pie y paradosen un lugar) "puede no solo no resultar disuasoria, sino que puede constituirse en potencial objetivo de ataque terrorista".

Además de consejos que forman parte de la formación policial básica, como prestar especial atención a las personas "que lleven ropa que no se corresponda con la época del año o vayan especialmente abrigados" por si esconden armas o explosivos, la instrucción aconseja utilizar el coche patrulla como parapeto en casos de vigilancia estática.

Entre los mossos de a pie también ha sido muy leída este martes la instrucción. En el cuerpo catalán de policía preocupa especialmente la situación de la comisaría de La Jonquera (Girona), un barracón de chapa que lleva cinco años siendo objeto de quejas internas por su estado de indefensión, en un lugar "que es tierra de paso con el sur de Francia, lugar de residencia de una población muy numerosa de argelinos y marroquíes", explica un mosso de la zona.

Entre los agentes vascos, al igual que en Catalunya, cunden comentarios sobre la diferencia de las medidas de seguridad de cualquier sede bancaria -"con doble cristal blindado y una ventanilla por debajo para pasar documentos", explica la misma fuente catalana- con los parapetos de las comisarías. En el caso de Cornellà, una puerta corredera y una ventanilla que el agresor consiguió saltar.