Era una cuestión de tiempo pero ya se ha formalizado. Javier Jiménez, el que fuera consejero delegado y vicepresidente del Córdoba se ha desligado de la entidad blanquiverde después de seis años en el Córdoba y ser el brazo ejecutor de Carlos González en materia económica, sobre todo en los años más complicados, los de su llegada.

Según pudo saber este periódico, Jiménez ha dirigido una carta a los dirigentes de la LFP y varias comunicaciones previas informando de que acaba de rescindir su vínculo contractual con el Córdoba y, en ella, hace un repaso a su periplo por la entidad blanquiverde, teniendo palabras de agradecimiento y reconocimiento para el propio González, hombre al que conoce desde hace más de 25 años, de los que 17 ha sido empleado suyo.

Según fuentes de la propia LFP, Jiménez está en la actualidad y desde hace un tiempo estudiando la posibilidad de desarrollar diversos proyectos para la patronal del fútbol aprovechando, entre otras, la experiencia a la hora de desarrollar la marca internacional del propio Córdoba. Una idea a la que la LFP presta especial atención.

Poco antes de la llegada a la presidencia del Córdoba de Alejandro González, el peso de Javier Jiménez dentro del organigrama cordobesista fue perdiendo fuelle de manera paulatina. De consejero delegado pasó a vicepresidente y a mitad de la temporada pasada salió del consejo de administración, quedando limitado tan sólo a labores comerciales, de márketing y de la marca internacional, un proyecto aún en pañales.

Javier Jiménez fue, sobre todo hasta el ascenso en el año 2014, el hombre fuerte de González en el Córdoba, siendo el protagonista en el proceso concursal de la entidad blanquiverde y en el plan de estabilización del club tras la compra del paquete mayoritario por Ecco Documática, absorbida hace algo más de un año por Azaveco.

Ahora, la parcela económica y legal queda en manos del hombre fuerte del club desde la llegada de Alejandro González a la presidencia: Iván Zaldúa. Este periódico intentó ponerse en contacto con Javier Jiménez, sin éxito.