Si el Camp Nou sería el equivalente a la plaza del Progrés de Terrassa, allí donde empezó a dar patadas a un balón, el Bernabéu vendría a ser el jardín de su casa. No hay otro estadio en el mundo, aparte del coliseo azulgrana, en el que haya jugado más veces Xavi Hernández. Ni tampoco ha existido otro rival más conocido que el Madrid en toda su carrera. El clásico es su clásico. Y no hay nada más clásico entre los dos grandes que la presencia de Xavi, a punto de superar ya los 40 partidos jugados ante el eterno rival.

Una experiencia nueva, habitual sin embargo, se asoma por la ventanilla al tomar el puente aéreo. Ha jugado en casa del enemigo en todas las franjas horarias, en todas las estaciones del año, ha cosechado alegrías inenarrables y tristezas inolvidables. Siempre diferentes, siempre similares, los enfrentamientos ante el Madrid le evocan una sensación. Insólita y aparentemente sorprendente. Explicable, no obstante. "El silencio del Bernabéu".

Parece mentira, en aquella olla a presión, donde 80.000 almas vierten su sonora pasión con todo tipo de gritos y pitos, que alguien sea capaz de detectar un instante de quietud. Y se produce. "El silencio del Bernabéu cuando marcamos un gol". Xavi lo escucha y lo celebra.

"Siempre tienes que entrar al campo enchufado porque ellos suelen salir en tromba. Si se adelantan en el marcador, las dificultades se multiplican porque el estadio empuja mucho", relata Xavi. La fortaleza adquirida por el Barça con el paso de los años se observa en los resultados. El centrocampista solo ganó 4 de los primeros 17 clásicos que jugó, pero ha triunfado en 12 de los últimos 23. El inolvidable 2-6 del 2009 empezó con un gol de Higuaín, el 1-3 del 2011 con un regalo de Valdés a Benzema, el 3-4 del año pasado exigió remontar dos veces, aunque Iniesta hubiera inaugurado el marcador.

Más novedoso en este clásico es que esté en tela de juicio la titularidad de Xavi. Nunca se debatió hasta que ha llegado Luis Enrique. Sus excelentes intervenciones abonan la teoría de que el hombre que ha sellado el estilo del Barça no puede perderse la cita. Solo ha sido titular en cuatro de los diez partidos. "Estoy para lo que haga falta". Pero titular.

Como ha sido en 37 de los 40 clásicos anteriores. Sustituyó a Bogarde en el descanso del que significó su debut en el Bernabéu, (3-0, 99/00), a Guardiola en la temporada siguiente (2000-01) y a Thiago en el estreno de la 2011-12. El que más veces ha lucido la camiseta azulgrana y el que más clásicos ha coleccionado (Manolo Sanchís hijo disputó 43 y Paco Gento, 42) viaja con la incertidumbre de saber si será titular. Pero con la ilusión de revivir el placentero silencio del Bernabéu.