El Córdoba CF informó ayer del «cese» de Antonio Romero Campanero del consejo de administración. Lo hizo a primera hora de la tarde, aunque la noticia se extendió rápidamente. Ya por la mañana, el entorno de Romero filtró una posible intención de dimitir del cargo de consejero, que finalmente no se hizo efectiva, puesto que el presidente del Córdoba, Jesús León, negó por la tarde en rueda de prensa haber recibido la dimisión de Romero. El ya exconsejero del Córdoba aseguró a este periódico que su salida se produce por un tema estrictamente institucional y deportivo. «León llevaba mucho tiempo sin informar al consejo de administración de las medidas que tomaba». Según Romero, el presidente del Córdoba no informó al consejo ni del contrato de Luis Oliver como director deportivo ni de su destitución, de la que este se enteró «por la prensa». Muy distinta es la versión ofrecida por Jesús León. El montoreño aseguró que Romero «ha sido abogado del club durante siete años en la época de Carlos González, con un contrato que ha ido cobrando. Tiene unas demandas al club por unas minutas por juicios. Le dimos el caso a un externo para que actuase como árbitro, y este entendía que no procede. No puedo tener en el consejo a alguien que tiene demandado al propio club, cuando durante siete años no había reclamado». El propio Romero afirma, al contrario, que sí denunció al Córdoba por minutas impagadas en los tres últimos años, y que sin embargo no lo hizo desde que León llegó a la propiedad del club. Este periódico ya informó hace varias semanas de que la cifra adeudada a Romero es de 200.000 euros que este persiste en cobrar, razón esgrimida por León para su cese, y negada por el ya exconsejero y nieto del presidente de honor de la entidad cordobesista. Para León, mantener una demanda por impagos al club es incompatible con ejercer un cargo en su consejo, razón por la que decidió su cese ayer.