El mejor nadador cordobés de la historia, Rafa Muñoz, vuelve a estar de actualidad. Tras disputar su última prueba en agosto del pasado año, dejar de entrenar la pasada campaña y anunciar que no iba a nadar más el pasado verano, ahora ha ratificado su retirada definiva de las piscinas. Por ello recibirá un homenaje por parte de su club, el Navial, en la gala de esta entidad el 5 de febrero.

Lo que ha sorprendido ahorano es el anuncio de la retirada, pues todos en la natación cordobesa lo daban por retirado desde hace un año, sino lo que ha dicho. En unas declaraciones realizadas a la cadena Cope reconoció que «intenté suicidarme dos veces. Yo vivo en un quinto, con eso te lo digo todo. Me llegué a asomar a la ventana. Al final, uno tiene sangre y cabeza y no podía seguir así, me puse en manos de un profesional. Después de ir al psicólogo empecé a asimilarlo, y cuando pasa el tiempo, te enorgulleces de haberlo superado».

También señaló a la emisora que «estoy aprendiendo catalán para presentarme a las oposiciones a policía local, y también hago crossfit y pesca submarina. Cuando mi hijo sea más consciente, le enseñaré mis medallas y mis vídeos de lo que hice». Rafa Muñoz se presentó en el primer semestre de este año a unas oposiciones a la policía nacional que no aprobó.

Rafa Muñoz batió en abril del 2009 el récord mundial de 50 mariposa. De todo aquello recuerda que «al día siguiente de batir el récord tengo 123 llamadas perdidas de medios de comunicación. He batido un récord del mundo, que no es moco de pavo. Pero hay gente que sabe asimilar el éxito y yo no lo encajé. No tenía esa madurez para asimilarlo. Tenía 20 años. No tenía esa madurez para afrontar la repercusión mediática y si no te han formado o asesorado, o te han hecho ver cómo puede repercutir eso, es duro. Me lo fui tragando poco a poco. Estuve 15 días sin nadar. Mis padres vinieron a verme porque no quería competir en Roma por miedo a lo que podía hacer. Al final, mi afán de superación me hizo seguir. Te desvives tanto por un deporte que al final te creas una burbuja y solo te centras en eso. Yo al final caí en ese pozo depresivo. No quise sacar las medallas de Roma de la maleta [se lo pidió un periodista de Diario CÓRDOBA a su llegada a la ciudad], dejé de coger el teléfono a la prensa y me cayeron tres amonestaciones por no decir donde estaba. No rellenaba esos escritos porque estaba fuera, de vacaciones, bebiendo. A veces llegaba a mi casa bebido, pero todo eso lo he superado», concluyó.