El Gran Teatro de Córdoba acogió ayer la representación de El pintor de batallas, un espectáculo basado en la novela homónima de Arturo Pérez-Reverte, que por primera vez ha cedido para el teatro los derechos de una de sus novelas. Con la adaptación del texto y la dirección de escena del cordobés Antonio Álamo, el montaje enfrenta en el escenario a dos sólidos intérpretes, Jordi Rebellón y Alberto Jiménez, que realizan un «impecable y brillante trabajo», según ha destacado la crítica. Sobre las tablas, los actores dan vida a los dos personajes de la novela: el pintor y fotógrafo de guerra Faulques y el superviviente de la guerra de los Balcanes Ivo Markovic, retratado por el primero durante el asedio de la ciudad de Vukovar. El pintor de batallas no es solo una obra sobre las guerras, sino un abanico de temas que se despliega en un duelo entre ambos.