El poeta sevillano Jacobo Cortines (Lebrija, 1946) es dueño ya de una interesante trayectoria poética que ha sido reconocida con premios como el de la Crítica (por su libro Consolaciones , de 2004). Ahora publica en Renacimiento el que quizá sea su mejor libro, titulado Nombre entre nombres . Su pasión juanramoniana por hallar el nombre exacto de las cosas hace que la reflexión sobre el lenguaje mismo esté muy presente en la obra. El libro consta de cuatro secciones, tituladas Escenarios, Ausencias, Contrapuntos y Nombre entre nombres , formada esta última por un solo y ambicioso poema largo que da título a todo el libro. Al modo de Juan Ramón, Cortines entiende la poesía como el mester de nombrar, como una nombradía celeste que organiza y salva la memoria humana, que sería tan frágil sin su formulación poética. La memoria familiar y su salvación al ser formulada verbalmente, incluso mágicamente diríamos, es el núcleo central de un libro excelente. Como el Rilke de los Cuadernos de Malte , Cortines ve pasar, en el poema Buenas noches , las sombras de los muertos por las estancias encendidas del hogar ("Son las voces,/ las risas, los sollozos de con quienes/ no hace tanto que hablaba. Son sus pasos/ los que siento tan cerca".) Los poemas más breves de las tres primeras secciones, como éste que señalo, son todos de altura. Pero es el último poema del libro, extenso, simbólico, al alcance de pocos, lo que justifica que recomendemos vivamente la obra. En el poema Nombre entre nombres alza el autor el escenario de la casa familiar recuperada, como el paraíso primigenio de Adán y Eva, por la iluminación verbal. "Todo ha de ser más claro/ en la nueva conciencia", nos dicen unos versos claves, y vemos así que es la poesía misma esa nueva conciencia que, como en Salinas, hace que todo esté más claro. Todo más claro y salvado gracias a la palabra. La casa familiar, el nombre entre otros nombres escondido, es elevada de nuevo en un prodigioso ejercicio de resistencia a la muerte, en un salto mortal sobre el silencio en llamas y el olvido que querrían sepultarla. La palabra resucita, y con ella "el rumor de la vida con sus claros/ de gozos, de proyectos e ilusiones". Para escribir un poema largo como éste no solo es necesario talento; también se hace indispensable tener cierta sabiduría, cierta enseñanza extraída del paso de los años. Neruda lo hizo en Memorial de Isla Negra y Juan Ramón, tan amado por el autor, hizo lo propio en Espacio : salvar la memoria gracias al fogonazo redentor de la poesía. Los versos finales de este poema estremecedor lo dejan claro: "A nadie considero mi enemigo,/ y la amistad y la palabra ofrezco./ Así me afirmo y mis raíces hundo/ en este nombre que es memoria y vida". Sí, la misma poesía acaba siendo memoria y vida, pérdida y salvación. Y así debe ser leído este libro, como uno de los más sabios de nuestra poesía reciente.

'Nombre entre nombres'. Autor: Jacobo Cortines. Edita: Renacimiento. Sevilla, 2014