Baena vivió ayer uno de sus días grandes con la festividad del Día de Jesús. Miles de fieles acompañaron a la imagen del Nazareno durante su salida procesional. La celebración se inició a las 10.30 horas en la iglesia de San Francisco con la función religiosa oficiada por el arzobispo Juan José Asenjo. Durante la homilía, recordó que se celebra la exaltación de la Santa Cruz y en las peticiones afirmó que el cuarto mandamiento exige «honrar a nuestra patria y para nadie es un secreto que estamos viviendo momentos difíciles», por lo que pidió a Dios que «custodie la unidad de nuestra patria que es un valor moral que todos debemos defender» y que a nadie le es lícito destruir. Pidió «por nuestros gobernantes, para que busquen con sinceridad el auténtico bien común, la paz, la justicia y la libertad y el servicio a los pobres por encima de sus intereses personales o partidistas» y pidió también por Venezuela, «país de los más ricos de la tierra en el que en estos momentos faltan alimentos y medicinas, para que les conceda libertad». Como es tradicional, la misa finalizó con la bendición de Jesús Nazareno y el besapiés.

Por la tarde, la cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno inició a las siete de la tarde el recorrido procesional, en el que lo acompaña la imagen de la Virgen de los Dolores. Sin duda, es uno de los momentos de más devoción, y prueba de ello son los numerosos ciudadanos que lo acompañan en la procesión formando el conocido «alumbrado» y que son penitentes con cera, tras los que participan las diferentes cuadrillas y hermandades, junto con la Corporación municipal. En este día, Jesús procesiona como alcalde perpetuo, un título que le fue concedido por el Pleno, y lo hace con un bastón de alcalde sobre el manto de claveles blancos que adornan las andas.

Todo el recorrido procesional el Nazareno lo hace ante la mirada del resto del pueblo, que hasta el próximo Viernes Santo acudirá todos los viernes a la iglesia conventual de San Francisco para visitarlo.