Un viejo mulo fue el primero que detectó la presencia de lobos en La Albertilla de Reservado, una finca situada en Villaviciosa. El domingo por la tarde se puso muy nervioso y comenzó a resoplar al constatar que algo no andaba bien. Tras marcharse el ganadero, un grupo de lobos comenzó a actuar en la madrugada. Cuarenta y ocho horas después, como suele ser habitual, repitieron el ataque que ha provocado la mayor muerte de ovejas y cabras desde que se protegió el lobo en 1986.

Un grupo reducido de, al menos, cuatro ejemplares, acabó con la vida de 43 ovejas y 2 cabras, aunque 29 corderos que fueron heridos han tenido que ser sacrificados por los daños que presentaban. La Delegación Provincial de Medio Ambiente estima que se han visto afectadas alrededor de un centenar de animales, aunque no se descarta que puedan aparecer más ovejas sin vida en el campo. Así, el propietario del rebaño, Sergio López, asegura que han resultado muertas o se han tenido que sacrificar más de cien cabezas.

El jefe del servicio de Gestión del Medio Natural, Rafael Arenas, precisa que en el primer ataque murieron 14 ovejas y 1 cabra. El segundo se registró en la noche del martes al miércoles y se vieron afectadas 82 ovejas y 2 cabras. En esta jornada se descubrieron 29 ovejas muertas y una cabra. "Todo el corral estaba reventado por los empujones de los animales", afirmó. Los daños han sido mayores, según han explicado desde la Junta de Andalucía, porque las ovejas "se encontraban en un redil muy pequeño y los lobos las han tenido a su antojo". Arenas indicó que la Junta de Andalucía agilizará la tramitación para que el ganadero reciba cuanto antes la indemnización, que puede situarse en unos cien euros por cabeza, aunque dependerá de la cotización que posean los animales en la actualidad o de si se trata de crías o de ovejas preñadas. "En el momento que tengamos la confirmación de todos los animales procederemos a la tramitación de la ayuda para que no se produzca una merma para el ganadero", dijo Arenas.

El representante de la Junta precisó que, salvo los adultos que se tienen que incinerar, el resto de crías muertas o malheridas, tras ser sacrificadas, se destinarán al programa de recuperación del buitre negro y leonado que se ejecuta en el norte del término de Hornachuelos.

El último ataque de lobos en la provincia se produjo también en el término municipal de Villaviciosa en diciembre del 2006. Entonces se vieron afectadas, en dos ataques, una decena de ovejas. Por el contrario, la Junta desestimó otro caso que se produjo en Hornachuelos el 24 de febrero del pasado año al estimar que no existían pruebas de lobos.