El lema de este reportaje podría ser: incluye una energía renovable en tu edificio para ser más eficiente. Gran parte del consumo energético de la sociedad está ligado a las actividades que se desarrollan de forma cotidiana en los edificios. Viviendas, oficinas, establecimientos de ocio o sedes de administraciones... la suma del consumo de energía en los edificios andaluces supone casi el 24 % del consumo final de energía de la comunidad, siendo la climatización (producción de frío y calor) el uso al que más energía se dedica, por encima de la iluminación o la producción de agua caliente para uso sanitario.

Este elevado consumo no ha pasado desapercibido para administraciones y empresas, que buscan conjuntamente fórmulas para optimizar el gasto mediante soluciones que aúnen la implantación de sistemas de energías renovables, la adopción de medidas de ahorro y eficiencia y la aplicación de nuevas tecnologías.

En el modelo energético tradicional, los edificios representan un gran número de puntos de consumo que requieren energía del exterior (redes eléctricas, gas o gasóleo, principalmente). Esta situación está cambiando hacia un modelo energético más sostenible por el que se apuesta desde la Agencia Andaluza de la Energía. Gracias al avance tecnológico que han experimentado las energías renovables y las posibilidades que ofrecen las smart grids (redes inteligentes de energía), junto con el desarrollo de los sistemas de almacenamiento de energía, se podrá reducir al máximo la demanda energética de los edificios y autoproducir el total o gran parte de la energía que consumen.

En este contexto, Andalucía se halla bien posicionada dada la gran cantidad de recursos renovables que posee (especialmente energía solar y biomasa) y el importante desarrollo tecnológico experimentado con dos objetivos: por una parte, mejorar el aprovechamiento energético, y, por otra, la integración de los sistemas de energías renovables en los edificios, pasando a convertirse en epidermis, en una fachada activa donde los paneles solares térmicos y fotovoltaicos formen parte de la misma.

En Andalucía existen numerosos ejemplos (hoteles, edificios administrativos, alojamientos rurales, viviendas multifamiliares y unifamiliares, etcétera) de edificios que utilizan las energías renovables para calefacción y agua caliente sanitaria, e incluso para la producción de frío en climatización. Así, en la provincia de Córdoba se puede destacar la inversión de 61.900 euros realizada por el Ayuntamiento de Villa del Río para instalar en uno de sus edificios municipales una caldera de biomasa para climatización y producción de agua caliente. La agencia ha concedido una subvención de 22.283 euros.

Aplicaciones renovables

En el campo de la edificación, las fuentes renovables que son susceptibles de ser aprovechadas para climatización son la biomasa y el biogás, el sol y la geotermia (aprovechamiento del calor de la tierra). Tienen especial interés, debido a la disponibilidad de recursos, las instalaciones mixtas que combinan dos o más energías. En la actualidad, la energía del sol, biomasa o geotérmica se utiliza de forma eficiente para producir frío en las denominadas máquinas de absorción. Estos sistemas están desarrollados comercialmente, principalmente para sistemas de media y alta potencia. En Andalucía ya disponen de estos sistemas edificios de oficinas públicas, universidades, hoteles, etcétera.

Otra aplicación muy extendida ya en el resto de Europa son las redes de climatización centralizadas (también denominados sistemas de district heating o calefacción de distrito). Estas instalaciones presentan una alta eficiencia energética y están conformadas por un sistema de generación del calor (instalación solar, caldera de biomasa, geotérmica o una mixta) y una red de tuberías aisladas que distribuyen la energía hasta cada uno de los edificios que conforman la instalación, de ahí el nombre de distrito. En Andalucía se cuenta con un sistema similar en el Parque Tecnológico del Aceite-Geolit, en la localidad jienense de Mengíbar, que aprovecha la biomasa como fuente energética.

Por otra parte, la energía solar mediante el efecto fotovoltaico permite aprovechar y transformar la energía que se recibe del sol en energía eléctrica, que puede consumirse directamente, almacenarse en baterías o adaptarse para ser incorporada a la red eléctrica, mediante la denominada conexión a red. De igual forma, existen en la actualidad microturbinas eólicas que pueden aprovechar incluso bajas velocidades del viento para generar electricidad y que pueden instalarse en viviendas aisladas de la red eléctrica.

Empresas energéticas

La integración de las energías renovables en los edificios está favoreciendo una importante actividad empresarial con claros efectos positivos sobre la diversificación de la economía andaluza, la creación de nuevos yacimientos de empleo y la mejora de la competitividad empresarial. La comunidad autónoma cuenta ya con alrededor de un centenar de empresas de servicios energéticos (ESE), que realizan tareas de diseño, instalación y puesta en funcionamiento de los sistemas de energías renovables donde los usuarios pueden despreocuparse del día a día de estos sistemas que en la mayoría de los casos son ajenos a nuestros conocimientos. Este tipo de actuaciones no requieren grandes inversiones por parte del usuario, pues es la empresa contratada la que acomete la inversión, recuperando posteriormente este importe mes a mes a través de los ahorros económicos obtenidos con las mejoras energéticas implantadas.

La Junta de Andalucía promueve el uso de las energías renovables, como la solar, la biomasa o la geotermia (aprovechamiento del calor del interior de la tierra) en la edificación, estableciendo la obligación de su empleo en los nuevos inmuebles según las condiciones que se indican en el Reglamento de Fomento de las Energías Renovables, el Ahorro y la Eficiencia Energética en Andalucía. Pero, además, la llegada de la alta eficiencia aplicada a la edificación viene refrendada por la legislación europea, que prevé que en 2020 los edificios de nueva construcción deberán tener como característica el consumo energético casi nulo y la energía requerida deberá estar cubierta, en gran medida, por fuentes renovables.