Las Beatillas es un de esos rincones clásicos que brillan con luz propia, una taberna por la que desde hace más de cien años han ido desfilando parroquianos fieles, visitantes ilustres, toreos, flamencos y vecinos de toda la vida.

Antonio Sánchez se hizo cargo del negocio a finales de los 80 y como sabe del peso de la historia quiso conservar la esencia de uno de los establecimientos más antiguos de la ciudad. Por eso, cuando hace unos años adquirió el edificio y se metió en obras sacó a la luz los secretos arquitectónicos y la estructura de la casa.

No obstante, aunque esta taberna mantiene sus tradiciones, como la cocina, «vamos metiendo cositas nuevas y poniéndonos al día de los platos y la cocina actual».

Las Beatillas es, además, una institución en el barrio y sede de dos peñas taurinas, la de Chiquilín y la Tertulia Manolete, y una flamenca, la de Fosforito. Todas ellas celebran allí sus actos sociales y culturales y es habitual que sus visitantes se encuentren con un cuadro flamenco o con una reunión de toreros.

Sigue, en cierto modo, la estela del pasado, ya que aquí pasaron muchas veladas conocidas figuras del cante o la guitarra y triunfadores en ruedos de toda España. Y junto a ellos algunos de los grandes de las letras, como Pablo García Baena, Caballero Bonald o Federico García Lorca, que la visitó en 1935.