El robo de cartón y papel de los contenedores de Sadeco es ya un problema al que se le pueden poner cifras. Los primeros meses del año, de enero a agosto, se han recogido 4.095.367 kilos, un 15% menos que en el mismo periodo del año pasado, cuando se recolectaron 4.817.721. En virtud de un convenio, Sadeco tiene este servicio de recogida cedido hace años a Solemcor, una empresa de inserción social de Cáritas que es quien directamente sufre las pérdidas económicas por estos robos. No obstante, la empresa municipal también padece las consecuencias de los hurtos. Por un lado, habría que cuantificar los daños que quienes roban hacen a los contenedores para forzar la salida del material; y por otro, el daño medioambiental que puede provocar a medio plazo el retroceso en el reciclaje en Córdoba. Sobre todo si se tiene en cuenta que en el 2020 la normativa andaluza obliga a que se recicle el 50% del papel que se ponga en circulación en cada municipio.

Los robos de cartón no son un hecho aislado de la ciudad. La organización sin ánimo de lucro que gestiona la recuperación y el reciclaje de los envases de cartón, papel, plástico y latas en toda España, Ecoembalajes España, Ecoembes, ha cifrado en un 25% la caída en la recogida de papel y cartón en los municipios de entre 200.000 y 500.000 habitantes. El motivo: el hurto.

Aunque es muy difícil cuantificar esas pérdidas económicas, según constataron ayer las fuentes de Sadeco consultadas, resulta a todas luces evidente el perjuicio que estos robos están causando. Hay que hablar además del problema estético e higiénico derivado de estos robos en el entorno de los contenedores asaltados.

¿ES HURTO O NO? La empresa municipal de limpieza lleva meses detectando este problema. Representantes de Sadeco acudieron incluso a los tribunales para pedir una solución, aunque de momento la vía judicial no ha dado resultados. El juzgado de Instrucción número 2 de Córdoba vino a decir que no es posible considerar hurto el robar de un contenedor, puesto que no se conoce al propietario del material allí recogido. Sin embargo, en ciudades como Madrid la retirada de papel de los contenedores es un hecho constitutivo de infracción leve según las ordenanzas municipales y puede ser penalizada con multas de hasta 750 euros.

"Nos está costando el dinero por la conservación del mobiliario urbano, los contenedores, y un problema añadido de limpieza porque los robos suelen producirse cuando se han realizado ya los circuitos de limpieza viaria", explican fuentes de la empresa. Lo más grave de este asunto es que la empresa Solemcor ha trasladado ya a Sadeco el temor de sus trabajadores, que han sido amenazados por quienes realizan estos robos.

Como en el caso del cobre robado, el problema aquí vuelven a ser los vacíos legales y quienes hacen negocio en ellos. Y el del cartón robado, como el hilo de cobre o el plomo, también es un negocio: quizá menos lucrativo, pero también menos costoso de ejecutar y con menos riesgos para quienes lo cometen. El precio del papel no ha dejado de subir en los últimos años y actualmente por una tonelada de cartón se pueden obtener entre 70 y 100 euros.