La delegada de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Córdoba, Amparo Pernichi, calificó ayer de «catástrofe medioambiental» el vertido de orujo que ha afectado al río Guadalquivir, tras comprobar los cientos de peces muertos que ha dejado a su paso y advertir del «daño irreparable» causado igualmente a la flora, en especial a la del monumento natural de los Sotos de la Albolafia. La mancha negra, que a primeras horas del sábado ya había abandonado el término municipal, siguió su curso aguas abajo y ayer por la tarde se encontraba a la altura de Posadas. Aunque el río recuperó su color habitual en el casco urbano de la capital, la corriente siguió arrastrando cientos de peces muertes, como se podía observar en la superficie o en algunas zonas de las orillas, donde quedaron acumulados numerosos ejemplares de carpas y barbos, principalmente, extendiéndose al mismo tiempo un notable mal olor en el entorno de la Ribera.

La mancha tuvo su origen en un vertido de orujo el lunes a la altura de Pedro Abad, por un accidente en una orujera, y ha sido considerado por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) como el más grave que ha sufrido el río en Córdoba en las dos últimas décadas. La Junta de Andalucía ha abierto un expediente sancionador y Ecologistas en Acción lo ha calificado de «desastre ecológico».

Pernichi explicó ayer que el viernes «medimos la concentración de oxígeno en el agua y era 0,0», es decir, «no había ser viviente que pudiera sobrevivir», por lo que reiteró que se trata de una «catástrofe medioambiental». Así, la delegada de Medio Ambiente anunció que desde el Ayuntamiento se pedirán las «explicaciones pertinentes» y se solicitará a la Delegación de Medio Ambiente de la Junta que «se nos tenga totalmente informados» sobre el expediente abierto a la empresa que causó el vertido. Aunque Pernichi apuntó que «parece ser que fue un accidente por una rotura» de una bomba de una secadora de orujo, hizo hincapié en que «no puede quedarse todo en una simple multa», por lo que espera que la Junta «sea contundente y se obligue a la empresa a tomar las medidas preventivas necesarias para que no vuelva a ocurrir».

Pernichi insistió en que aunque la mancha ha pasado, «el daño queda, con cantidad de fauna muerta y vegetación». A este respecto se mostró especialmente preocupada por el efecto en los Sotos de la Albolafia, un espacio natural protegido «con una riqueza en biodiversidad tan espectacular que ahí todavía es más grave el asunto».

Tras estas declaraciones, y en una posterior nota, a Pernichi se sumó el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento y coordinador provincial de IU, Pedro García, para pedir a la Junta de Andalucía y a la CHG «medidas urgentes» tras el paso de la mancha por los Sotos de la Albolafía. Para García «es fundamental que actúen de la manera más rápida posible y que exista transparencia tanto en el procedimiento a seguir como en las medidas a adoptar». Pernichi y García coincidieron en que es necesario que la ciudadanía y el Ayuntamiento conozcan las causas del vertido, los daños en la fauna y la flora, y la sanción que se imponga.