Doce en punto de la mañana. Las campanas de la Catedral repican a un compás solo seguido por el coro de aplausos que seminaristas, sacerdotes y demás miembros del clero cordobés le dispensan al recién nombrado Mario Iceta justo cuando entra por las puertas del Obispado. A esa misma hora, la noticia es hecha pública por el Papa en el Vaticano y en Bilbao: el vicario general de la Diócesis de Córdoba pasa a ser obispo auxiliar de Bilbao en sustitución de Carmelo Echenagusía. A sus 42 años, se converte así en el miembro más joven de la Conferencia Episcopal Española (CEE).

El obispo de Córdoba, Juan José Asenjo, se hizo eco de la alegría de toda la Diócesis y se mostró confiado en que el futuro prelado desempeñará a la perfección su misión para la que tiene "dotes sobradas para el gobierno pastoral". Asenjo aseguró que pierde a su mejor colaborador, un sacerdote "piadoso, alegre y trabajador y de grandes cualidades humanas e intelectuales" aunque aseguró que "lo gana la Iglesia".

Por su parte, el protagonista de la jornada dijo tener "un sentimiento contrastado entre el gran amor que me demuestran con este nombramiento y el sentimiento de pequeñez e insignificancia al ser nombrado sucesor de los apóstoles". Mario Iceta agradeció a este "don del todo inmerecido" y recordó a todos los que le han ayudado durante su estancia en Córdoba, incluidos los tres obispos con los que ha coincidido y ha adquirido "una deuda impagable". Infantes Florido, "quien me animó a terminar los estudios de Medicina"; Javier Martínez y Juan José Asenjo, a quien calificó de "magnífico maestro". También tuvo palabras para el clero de Córdoba por su "lucha diaria, callada y generosa". Respecto a su nuevo destino pastoral dirigido por el obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, prometió dedicarse a él con "ayuda leal, eficaz, entregada y discreta".

Mario Iceta no quiso pronunciarse sobre temas de índole política que afectan al País Vasco: "Para opinar de estas cosas --dijo-- hay que conocerlas de primera mano". Y añadió: "Siempre me han llamado la atención esas etiquetas. Todo lo llevamos a ese terreno, pero la Iglesia se mueve en sentido pastoral, no político. No funcionamos en esos parámetros porque están muy manidos, son obsoletos. Me gustaría no ser etiquetado".

La ceremonia de su nombramiento tendrá lugar el próximo mes de abril en la Catedral de Santiago de Bilbao. Su despedida se hará con la celebración de una eucaristía en la Catedral de Córdoba, a la que el obispo, Juan José Asenjo, invitó a asistir a toda la feligresía.