Los trabajadores se muestran indignados. La plantilla, formada por unas 40 personas, ha escuchado rumores sobre la venta del supermercado a cadenas como Carrefour o Mercadona durante 2 años, sin embargo, esta compra les ha sorprendido. «Si al menos lo hubiera comprado un supermercado, podríamos quedarnos con el puesto», comenta una empleada. Tienen hasta noviembre para desalojar la parcela, tarea que les ha sido encomendada. Durante esta reunión, se les ha dicho que la empresa compradora pretende dividir la parcela y vender las partes. Varios de ellos afirman que no se ha mencionado nada de una reubicación, sino que directamente se ha hablado de despidos. La mayoría, contratados desde el inicio del supermercado, tienen entre 40 y 50 años, y les preocupa su porvenir laboral. Según afirman, hasta septiembre no se hablará de finiquito, entre otras cosas.