Ya tendrán tiempo para conocer los sinsabores de peregrinar de banco en banco sin conseguir financiación, lo de pagar el IVA trimestral, las cuotas de autónomos y el no dormir cada noche porque las cuentas no cuadran. Pero al menos ayer, 800 pequeños empresarios se lo pasaron de lo lindo disfrutando de lo que más importa en toda empresa: la idea. Todo ello en el Patio Blanco de la Diputación en una más o menos controlada algarabía, en la que 28 centros escolares cordobeses de 15 municipios mostraron sus proyectos empresariales.

Se trataba de una nueva edición de la Feria del Emprendimiento, que se desarrolla en cada provincia andaluza desde el 2008 (casualmente, el año del comienzo de la crisis), y que se basa en una idea sencilla: acercar al escolar a la empresa a través de un proyecto que impulsan sus profesores y que no deja de ser más que un instrumento para acercar al alumno a ese mundo real, mientras se le forma en valores sociales y se profundiza, de una forma práctica, en los contenidos educativos que se les enseña en la escuela. En resumen: educación, valores humanos, ciencias aplicadas, equipo... y pasta. Claro. Que no es mala referencia para saber si una empresa funciona o no.

Barullo y autoridades

Al menos así, en todo el barullo de 800 estresados pequeños empresarios yendo y viniendo, lo explicaron las autoridades que abrieron la cita: la vicepresidenta de la Diputación y delegada de Empleo, Dolores Amo; los delegados territoriales de la Junta de Economía y de Educación, Manuel Carmona y Antonio José López, respectivamente, y la teniente de alcalde del Ayuntamiento de Córdoba Mar Téllez, que dieron cuenta del espíritu de esta iniciativa que desde el 2008 desarrollan las dos consejerías con Andalucía Emprende y el programa Innicia.

Y así, con tantísima cooperación entre administraciones (ya veremos cuando estos empresarios se hagan mayores), cada proyecto que se veía ayer en la Diputación sorprendía. No tanto por los supuestos beneficios empresariales sino por el ingenio, el trabajo y el talento demostrado: la venta de marionetas a 5 euros (tenían muchísimos carteles de vendido) con materiales reciclados y escenarios para ellas (a 8 euros) que ofrecía el CEIP Nuestra Señora de la Salud; la bisutería de diseño con una producción calculada de 150 pares de pendientes al trimestre del IES Fidiana (los ingresos se destinan a dos obras benéficas); la de la SCA Séneca con menaje artesanal de cocina con material reciclado, el CDP dedicado a las artes gráficas o el CEIP Noreña haciendo la competencia a este periódico con dos números de Ole mi Norecole... ¡Si hasta un colegio tenía un equipo de comerciales dando vueltas haciendo valer su proyecto!

En resumen: un día de juegos, fiesta y de recogida de beneficios de un trabajo muy serio a lo largo del curso. Ingresos aparte y antes de impuestos.