El obispo de Bangassou, el cordobés Juan José Aguirre, está a la espera de que se produzca algún cambio en la República Centroafricana que le permita regresar a Bangassou y empezar a reconstruir la misión y las infraestructuras educativas y sanitarias que él puso en marcha hace décadas y que han sido devastadas, junto al resto del país, por la Seleka, un grupo rebelde yihadista. Aguirre, que se encuentra amenazado de muerte por estos terroristas, permanece a salvo en la misión comboniana de Bangui (capital de esta república), en una zona algo más controlada por soldados franceses al situarse junto a las embajadas de Japón y de Francia. Por el momento, según Miguel Aguirre, presidente de la Fundación Bangassou, "la mediación de la ONU en este conflicto sigue sin producirse, después de que la Seleka diera un golpe de Estado y controle el país". "La UE ha anunciado que no va a reconocer este gobierno y la ONU ha instado a los rebeldes a que restablezcan el orden constitucional en la República Centroafricana, pero lo cierto es que esto no ha ocurrido y se necesita urgentemente ayuda humanitaria, pues tras los saqueos hacen falta comida y medicamentos", añadió Aguirre.