José Bretón, el padre de los dos niños a los que se les perdió la pista hace siete meses mientras estaban a su cargo, "llegó a pasar noches enteras" planeando hacerlos desaparecer para vengarse de su mujer, que había decidido separarse de él. Así se recoge en el auto de procesamiento de Bretón dictado por el juez José Luis Rodríguez Lainz, quien añade que "solamente él conoce qué hizo con sus hijos y dónde se encuentran en la actualidad". Mientras tanto, Huelva acogió ayer una nueva concentración para pedir el regreso de los niños. Un millar de personas acompañaron a la madre, Ruth Ortiz, que llamó "monstruo" a Bretón y aseguró que él "sabe dónde están".

En el auto por el que se procesa a Bretón por dos delitos de detención ilegal de menores y simulación de delito, el juez sostiene, según informaciones de TVE y Tele 5, que lo tenía todo tan preparado que incluso no le importó perderse la boda de un buen amigo aquel 8 de octubre, a pesar de que su mujer Ruth se ofreció a quedarse con los niños. Así, desde el 15 de septiembre hasta el 8 de octubre llegó a estar en la finca de Las Quemadas hasta 11 veces, muchas de ellas de noche e incluso merodeando por las afueras, según un vecino.

Ya aquel 8 de octubre, según las informaciones difundidas ayer en base al auto, desactivó la aplicación de localización de su teléfono móvil entre las 13.48 y las 17.30 para llevar a cabo su plan. El juez, incluso, no descarta que pudiera ser ayudado por una tercera persona. Aquella mañana habría sido grabado en Las Quemadas con otra persona no identificada, a pesar de que él sostiene que estaba en casa de su hermana Catalina cuidando a sus hijos y sus sobrinos. El abogado de Bretón, José María Sánchez de Puerta, en cambio, dijo ayer a Europa Press que "no se puede probar" y que en las imágenes "en absoluto se distingue al padre ya que solo se ven puntos". Ruth Ortiz aseguró sobre la implicación de otra persona "que no está demostrado".

Pero el juez deja abiertas varias puertas en su auto, señalan las mismas informaciones. De un lado, apunta, esa tercera persona, "bien por amistad o más bien por dinero", pudo esperarlo en la finca y llevarse luego a los niños en otro coche. De otro, también señala que cuando Bretón salió de la finca hizo "una serie de maniobras" que le permitieron un margen de 10 minutos "para alcanzar un punto previamente seleccionado y preparado para ocultar a sus hijos". Ya en el Parque Cruz Conde, donde asegura que los perdió, no cuadran sus movimientos, los tiempos empleados y los mensajes de teléfono que intercambió con su hermano. El juez mantiene que allí no llegaron los pequeños.

Ruth Ortiz dijo ayer que "la ley no puede acusarlo de asesinato, pero yo sí, yo sí puedo".