"Recuerdo que de pequeño, camino del colegio, veía las patrullas de policía y soñaba con ser uno de ellos" (J. M.). "Lo más reconfortante de esta profesión es ver la expresión de la gente cuando recibe tu ayuda en un momento crítico". (J. J. A.)

Juan Jesús Alcántara y Javier Medel son dos de las caras más visibles de la Policía Local. Cada día recorren la ciudad ofreciendo charlas en colegios, sindicatos, facultades, en la prisión o ante el Ejército sobre cuestiones relacionadas con la seguridad. Empleando un lenguaje coloquial y haciendo uso de vídeos y material didáctico, intentan abrir los ojos a niños y adultos sobre problemas como la violencia de género o el acoso escolar con el fin de prevenir conductas delictivas y ayudar a las víctimas a pedir ayuda. "¿Quién me puede decir qué es la violencia de género?", pregunta Juan Jesús ante varias decenas de escolares, "exacto, es cuando un hombre pega a una mujer que es o ha sido su pareja", señala antes de explicar el ciclo de la violencia y la importancia de atajar de raíz los comportamientos machistas: "Al principio, todo es muy chulo, tú eres guapa y él te quiero mucho, pero un día... él te dice que eres tonta y tú no dices nada; luego te dice que eres inútil y también te callas... hasta que un día te suelta una torta...". La charla se desarrolla de forma participativa, con preguntas y respuestas que permiten a los jóvenes visualizar qué riesgos corren quienes comenten un delito y qué mecanismos de protección deben seguir los que sufren alguna forma de violencia. Según Alcántara, "hay días en que aquí se ponen al descubierto casos de maltrato o acoso, hay alumnos que rompen a llorar o saleb del aula porque se ven reflejados en lo que estamos contando y no pueden aguantar".

Aunque estamos en la era de la información, muchos chicos no son capaces de identificar ciertas conductas delictivas como la violencia de género. "Controlar el móvil a tu chica, prohibirle que se vista de tal o cual forma... todo eso es violencia machista", les insisten, ante de recomendarles que actúen cuando presencien un episodio de estas características. "Pedid ayuda, llamad a la policía, pero no os quedéis indiferentes".

El cambio de organigrama introducido recientemente en la Policía Local pretende potenciar el papel educador de los agentes, a los que se está formando en mediación de conflictos. "La Policía Local siempre ha actuado ante cualquier problema entre ciudadanos, el objetivo ahora es ir más allá y crear una especie de junta arbitral que plantee soluciones a problemas enquistados que surgen por ejemplo en comunidades de vecinos", explican, "no solo apagaremos el fuego sino que intentaremos solventar el conflicto". También se impulsará la formación de los llamados agente--tutor que "servirán de apoyo a la comunidad educativa ante problemas de menudeo, absentismo o acoso escolar", explican. El gobierno municipal pretende de esta forma "que la policía esté cada día más próxima al ciudadano", asegura el concejal de Seguridad, Emilio Aumente.

El cambio de organigrama recupera además la Unidad de Tráfico, que en esta etapa "se hará más presente en las campañas y controles de la DGT". Basta adentrarse por las salas de control de gestión de movilidad para darse cuenta de que no damos un paso sin que ellos se enteren. "Atendemos unas cien incidencias diarias, desde incendios a robos, accidentes de tráfico, altercados familiares o violencia de género", explica Mariano Martínez, coordinador del servicio. A su lado, saltan las alarmas de las fotogrúas, que retira unos 20 coches diarios para dejar libres zonas de carga y descarga, reservados de transporte público o acerados. 32 cámaras situadas en sitios estratégicos controlan los 200 cruces semafóricos de la ciudad y actúan como ventana desde la que se dirige el tráfico. Según José Carlos Dorado, técnico de movilidad, "desde aquí no se denuncian infracciones, pero sí que controlamos los accesos con pilonas, vemos qué ocurre en la calle y actuamos para agilizar el tráfico". También lanzan avisos constantes a la ciudadanía a través de tuiter (CordobaMuevete).

El acercamiento al ciudadano no significa que la Policía Local pueda descuidar su papel como garante de la seguridad, de ahí que toda la plantilla se intruya para no perder agilidad. Según Sergio Boente, instructor de la Policía Local, "los casi 400 agentes de plantilla tienen que hacer prácticas de tiro, de defensa personal, cacheo, táctica policial... donde se plantean problemas reales, sin luz, en movimiento, con ruidos, a los que deben dar respuesta". La instrucción se adapta al puesto de cada agente. Los escoltas, por ejemplo, tengan un entrenamiento distinto, "que los prepara para las distancias más cortas". Siempre alerta, los agentes de Policía Local son, ahora más que nunca, ángeles de la guarda atentos al ciudadano.