Aunque carecen de protección, Hispania Nostra reclama la consolidación de las alcubillas que aún quedan de la red de abastecimiento de aguas de la ciudad por considerarlas construcciones singulares. Desaparecidas la gran mayoría de ellas, las que quedan pertenecen a los siglos XVIII y XIX.

Estas construcciones de piedra y ladrillo servían para repartir el agua de los distintos veneros que surtían a la población, reconduciéndola a la ciudad hasta llevarla a las fuentes públicas y casas nobles. La más conocida se encuentra en los jardines de Vallellano y suministraba al barrio del Alcázar Viejo. También se conservan otras dos, pertenecientes a la conducción de las aguas de Hoja-Maimón: una en La Palomera, y otra junto al centro de gestión de residuos de Sadeco.