Benjamín Blanco, de 54 años, vecino de Belmez, aunque natural de León, acudió ayer, junto a José Antonio Ruiz, de 55 años, y residente en Ronda (Málaga) a revisión a la consulta de trasplante pulmonar. Benjamín recibió un trasplante en julio del 2011, mientras que José se benefició de este acto de generosidad en el 2012. «Tenía fibrosis idiopática y otros muchos problemas que me provocaron que durante cuatro años estuviera enganchado al oxígeno. Había sido fumador y trabajado en la mina. Pero por fortuna, después de esos años tan malos apenas estuve en lista de espera para trasplante, pues a la segunda ocasión pude operarme. Ahora sé lo que es vida. Antes veía la vida en blanco y negro, con más negro que blanco y ahora para mí es de color», cuenta Benjamín Blanco, sin evitar emocionarse y no poder pronunciar palabra cuando se le pregunta por su donante. José Ruiz también padecía una fibrosis pulmonar idiopática. En su caso el trasplante llegó a la tercera ocasión que lo llamaron, porque las dos veces anteriores los pulmones no eran factibles. «Aunque ninguno de los dos hemos podido volver a trabajar porque no podemos hacer muchos esfuerzos, nos encontramos muy bien, solo pasando revisión cada 6 meses en el Reina Sofía», añade Jose.