La misma semana en la que el Congreso de los Diputados ha aprobado sacar los restos de Franco del Valle de los Caídos en Córdoba se han conocido algunas de las propuestas que los ciudadanos han aportado para sustituir los nombres de 14 calles con reminiscencias franquistas. El Consejo del Movimiento Ciudadano (CMC) ha ido recogiendo más de 270 propuestas a lo largo del verano (el plazo se prolongó hasta el 31 de agosto) para bautizar las vías que la comisión de la Memoria Histórica señaló por incumplir, a juicio de los historiadores que conformaban dicha comisión, la ley de Memoria Democrática de Andalucía del 2017.

Los nombres de esas calles y avenidas aludían a personas vinculadas de algún modo con el golpe militar de 1936 y el franquismo, algo que expresamente prohíbe la ley, que impide «la conmemoración, exaltación o enaltecimiento individual o colectivo del golpe militar de 1936 y del franquismo, de sus dirigentes o de las organizaciones que sustentaron al régimen dictatorial».

El dictamen, que se sometió a votación en el pleno de febrero, se aprobó con los votos a favor de PSOE, IU y Ganemos, la abstención de Cs y UCOR, y un voto particular del PP, que optó por mantener la postura que tuvo en el seno de esa mesa de trabajo: apoyar las exhumaciones y el cambio de diez calles, pero oponerse a la eliminación del nombre de cinco vías por considerar que no estaba justificada la adhesión al régimen de esos personajes históricos o por prevalecer el arraigo popular de los nombres sobre otras cuestiones. En efecto, de entre las 14 calles hay al menos tres que suscitaron un amplio debate ciudadano, --ya que fueron muchas las voces que se alzaron en contra de su eliminación--, y una fuerte oposición política. El PP aprovechó el malestar para organizar una campaña de recogida de firmas y tratar de frenar el proceso. 8.000 cordobeses firmaron porque no querían cambiar los nombres de la calle Cruz Conde, dedicada al que fue alcalde de Córdoba; Conde de Vallellano, ministro de Obras Públicas de Franco, y de la plaza de Cañero, dedicada al rejoneador. Los populares también se opusieron al cambio de José María Pemán y Cronista Rey Díaz.

En el caso de Cañero, la asociación de vecinos lideró una loable iniciativa, que consistió en realizar una consulta popular entre sus vecinos. La votación arrojó los siguientes resultados (que han sido preseleccionados por el CMC y que sería muy lógico que pesaran de forma decisiva en la propuesta final): llamar a la plaza del barrio San Vicente Ferrer (como la parroquia y el colegio); a la calle Joaquín Benjumea, párroco Bartolomé Blanco; a Periodista Aguilera, calle de las Pulidoras, y a Poeta Antonio Arévalo, Ana Claro. Entre las 270 sugerencias que los consejos de distrito, las asociaciones y vecinos han realizado hay de todo. Desde nombres vinculados a la historia de la ciudad como Foro Romano (propuesto para Cruz Conde) o Califato de Córdoba (para Vallellano), pasando por personajes históricos de todos los ámbitos. Los criterios que el Movimiento Ciudadano ha primado son muy sencillos: que los nombres pertenezcan a personas que hayan fallecido, que tengan vinculación geográfica, histórica o cultural con Córdoba y que la propuesta final incluya un número de mujeres superior al 50%.

Cuando el martes, el pleno del CMC decida una terna de propuestas para cada una de las vías, será el consejo de Urbanismo quien termine votando y decidiendo los nombres definitivos que, en última instancia, serán ratificados por la junta de gobierno local. El gobierno local temía que el hecho de que se conocieran las propuestas antes de su aprobación (como de hecho ha ocurrido esta semana) desatara un debate previo sobre su idoneidad. De entrada, el PP ha decidido mantener un perfil bajo de crítica y no ha pasado de decir que no es el cambio del callejero lo más importante que debía acometerse en la ciudad (un argumento similar al empleado en la disputa por los restos de Franco). Está por ver si los populares apuestan por intensificar su tono y utilizar las 8.000 firmas, o se limitan a ponerse de lado en esta cuestión.