Iban a ser 13 parejas, pero el azar quiso que fueran 12 porque una de las bodas previstas se canceló a última hora. Mientras en la puerta de al lado se descargaban cajas de los Juzgados en el proceso de mudanza a la Ciudad de la Justicia, la sala de matrimonios del Registro Civil vivía su última jornada entre risas, lágrimas y mucha emoción. Miguel Ángel y Paola fueron de los primeros en dar el sí quiero. «Nos conocimos en Gran Canaria, llevamos 9 años y ocho meses y hace dos que me vine a Córdoba a vivir con él», explicó la novia, con los restos de arroz aún en el pelo, «estoy muy emocionada, la letrada ha leído un texto precioso que me ha llegado al alma». A su espalda, Blanca Mesa y Juan Espino se preparaban para entrar a la sala. «Llevamos 14 años juntos y hemos decidido dar el paso ahora», explicó Juan, «nuestra historia viene de largo, fuimos novios hace 26 años y nos reencontramos otra vez hace 14». Ahora son ellos y sus cuatro hijos, tres de él y una de ella.

Nerviosos, Javier Moreno y Lola Cuevas acudieron a su boda de la mano de su pequeño retoño, José, de tres años, coordinado en los complementos con el padre y la madre. «Nos conocemos desde los 16 años», confesó Javier, ante la mirada atenta de Lola, que ayer echó en falta a una de sus abuelas, Belén, que sufrió un ictus el año pasado. «La que sí ha venido es la abuela Lola», explicó contenta justo antes de dar el paso hacia el altar. En la sala de matrimonios, Carmen, la funcionaria encargada de que todo esté en su sitio en cada ceremonia, y la letrada de la administración de Justicia, Rocío Montes, los esperaban con una sonrisa. «Voy a leer un texto de Cartas para Claudia, de Jorge Bucay, espero que les guste», explicó la letrada, que lleva 28 años celebrando bodas en Doce de Octubre.

A la salida, el guitarrista Paco de Dios y la cantaora Isa Jurado sorprendieron a la pareja con la canción Lágrimas Negras. La novia no pudo contener sus lágrimas.

Les siguieron en el sí quiero Lorenzo Nieto y Beatriz Canalejo, acompañados por su hija de 5 años, Adriana. Con la sonrisa desplegada, Loren, la madre del novio, feliz como unas castañuelas.

Carlos y Magdalena, profesores de la UCO, también fueron protagonistas de la última jornada de enlaces del antiguo Registro Civil. En su caso, después de dos años de noviazgo. El mismo tiempo que Conchi y Katrine, ambas vestidas de blanco para la ocasión y rodeadas de amigas.

Los últimos en casarse fueron Arnando Álvarez y Carina Posligua, cordobés él y ecuatoriana ella, que llevan 11 años juntos y que ayer acudieron a su boda junto a su niña Victoria. Mucha felicidad para todos. Tras ellos, el Registro Civil en 12 de Octubre echó el cerrojo y con él las bodas se mudan de casa.