Desde la preocupación por la calidad educativa y estando convencidos de que la escuela no solo es un medio para enseñar, sino para educar y ayudar a nuestro alumnado, nace la idea de llevar a cabo algún tipo de proyecto que nos ayude a ayudar al alumnado que más lo necesita. Un modelo para la mejora de la convivencia escolar y del proceso educativo del alumno.

Es por ello que, desde el curso 2007-2008, se viene desarrollando en nuestro IES el Proyecto de Tutoría Compartida, que consiste en una estrategia de acción tutorial dirigida a alumnos con perfil conflictivo desde una intervención continuada mediante técnicas de orientación personal.

Dicho de otra manera, unidos bajo el lema de ´Todos somos importantes´ y desde la voluntariedad de participación, se lleva a cabo un acompañamiento del alumnado participante por parte del profesorado que hace las funciones de segundos tutores, con la intención de mejorar la autoestima y motivación del alumnado para su labor escolar y educativa, crear expectativas de futuro que los motive, desarrollar y potenciar su capacidad de autocontrol, y ayudar a solucionar los posibles conflictos que se puedan presentar a lo largo del curso.

Con el desarrollo y la consecución de estas intenciones u objetivos, la mejora individual del alumnado se traduce en la mejora de la calidad educativa desarrollada durante la clase, de la labor docente del profesorado y de la convivencia escolar del centro educativo llegando, en ocasiones, a producirse un cambio personal que afecta positivamente a la vida familiar.

El claustro del IES Antonio María Calero está formado por 54 profesores, de los cuales participan directamente en el proyecto una media de 22 por curso escolar, e indirectamente el 90%.

Por otro lado, el número de alumnos que cursan la ESO es de unos 200 alumnos, actuando el proyecto sobre el primer ciclo y excepcionalmente sobre 3º de ESO, con lo cual, la selección del alumnado participante se lleva a cabo sobre unos 135 alumnos, de los cuales se selecciona una media por año de 22, ajustándolo siempre a número de profesores disponibles.

A raíz de estos datos, podemos ofrecer los siguientes resultados del proyecto, teniendo en cuenta que en el caso de abandono o expulsión del mismo, se introduce a otro alumno: el 20%, abandona el proyecto o se le ´invita´ a salir del mismo, debido fundamentalmente a su negativa a continuar, su falta de compromiso y al considerable desamparo social y familiar que sufren, tras lo cual se invita a otro alumno (si lo hay), a participar en el proyecto; el 80 % mejora su actitud en mayor o menor grado ante lo escolar y lo personal, aumentando su autoestima, motivación y capacidad de autocontrol, lo que beneficia considerablemente el clima de bienestar de la clase, necesario para el desarrollo de la actividad educativa; el 36%, mejoran académicamente, capacitándoles para la obtención del título de Graduado en Educación Secundaria Obligatoria. En algunos casos, la motivación y las expectativas llegan al punto de hacerles continuar con otros estudios posteriores como los ciclos formativos.

En consecuencia, los resultados de este proyecto son considerables y esperanzadores, por lo que pensamos y asumimos, que no existe el alumnado irrecuperable, sino estrategias educativas y pedagógicas por descubrir. Debemos soñar en grande, sabiendo que solo podemos actuar en pequeñito.

Desde esta idea, queremos construir un centro para educar y convivir, un lugar para el encuentro y no para el ´encontronazo´, un lugar donde predomine el SER ante al TENER, un lugar donde se eduque para la vida, consiguiendo así buenos escolares, buenos ciudadanos y buenas personas.

Si la convivencia se aprende, por lo tanto se enseña, y si la convivencia se vive, por lo tanto se aprende viviéndola.