La presidenta andaluza, Susana Díaz, pidió ayer al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que «se quede» con el impuesto de sucesiones «y que nos deje tranquilos y nos dé la financiación necesaria».

En declaraciones a los periodistas tras visitar una guardería infantil y un centro de servicios sociales comunitarios en Castilleja (Sevilla), Díaz se refirió así a la decisión del Gobierno andaluz de dirigirse al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, para pedirle que el Estado «se quede» con el impuesto de sucesiones, cedido a las comunidades autónomas, y compense a Andalucía con financiación para el sostenimiento de los servicios públicos.

Díaz, que se negó a responder las preguntas sobre su candidatura a las primarias del PSOE diciendo que se trataba de un acto institucional y que ya había emplazado al día 26 para hacerlo, recordó que la consejera de Hacienda, María Jesús Montero, se ha dirigido por escrito y de manera formal al Gobierno central. «Se ha intentado engañar a la gente con un impuesto que llevaba ya muchos años; para enfrentar a los ciudadanos y a muchísimos hombres y mujeres que ni siquiera tienen que pagar ese impuesto», reprochó Díaz.

CRÍTICAS DEL PP / La portavoz parlamentaria del PP, Carmen Crespo, acusó ayer a Susana Díaz de «traicionar» el Estatuto de Autonomía al pretender renunciar «por su incompetencia» a la gestión del impuesto de sucesiones. En conferencia de prensa, la dirigente popular denunciado que Díaz «se lava las manos y apunta a Rajoy» cuando los andaluces «claman contra ella». El delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, reclamó ayer a la Junta que «ejerza sus competencias» impositivas y que no renuncie a ellas ni las devuelva al Estado.

Por su parte, Podemos criticó que la presidenta, «acorralada por sus propios errores», haya decidido «renunciar» a gestionar el impuesto de sucesiones y donaciones, «traicionando el espíritu del 28F», ya que considera que está desistiendo de desarrollar parte del autogobierno.

El líder de Ciudadanos en Andalucía, Juan Marín, apoyó ayer la propuesta de la Junta de que el impuesto de sucesiones vuelva a ser gestionado por el Estado, y que este compense con financiación para evitar el dumping fiscal, aunque defendió que mientras tanto se siga bonificando dicho tributo. «Me ha sorprendido la propuesta», confesó Marín, que aseguró, no obstante, que su formación la va a apoyar porque cree que el Gobierno central tendría que haber tomado medidas «y no permitir el dumping que hay en muchas comunidades autónomas y que en España haya paraísos fiscales».

El líder de IU Andalucía, Antonio Maíllo, criticó «la debilidad ideológica» de la presidenta de la Junta, Susana Díaz, ya que lamentó que, «ante un debate que le incomoda» sobre el impuesto de sucesiones lo que decida su Ejecutivo sea «ceder la competencia» al Gobierno central. Maíllo calificó de «sorprendente» que ante el debate abierto sobre este impuesto a la Junta «lo único que se lo ocurre» sea ofrecérselo al Gobierno central, ya que entiende que «contraviene lo más elemental» del autogobierno de la comunidad. El PSOE, por su parte, niega que la Junta renuncie a la capacidad de autogobierno.