El submarino nuclear Tireless abandonó ayer el puerto de la colonia británica de Gibraltar, tras permanecer cinco días atracado para una visita rutinaria, una presencia que ha reavivado la polémica entre los principales partidos surgida hace cuatro años cuando fue reparado en la Roca.

En su anterior visita a la colonia en 2000, el Tireless permaneció casi un año amarrado para reparar una fisura en el reactor de propulsión nuclear, sin que el puerto de Gibraltar estuviera preparado para acometer ese tipo de reparaciones.

El Tireless entró en aguas de la Bahía de Algeciras el pasado 19 de julio, rodeado de fuertes medidas seguridad, aunque su presencia provocó las movilizaciones de los municipios del Campo de Gibraltar, de ciudadanos y de asociaciones ecologistas.

El Gobierno de la nación y la Junta también se mostraron contrarios a la presencia del submarino nuclear británico, mientras que el primer ministro de la Roca, Peter Caruana, ha guardado silencio durante los días que el Tireless ha permanecido en el puerto de Gibraltar.

El Ministerio de Exteriores destacó ayer que la estancia del submarino Tireless en el Peñón fue "corta" y "segura", aunque lamentó "profundamente" que el Gobierno británico no tuviera en cuenta "la sensibilidad española" con respecto a la nave.

Por su parte, el delegado del Gobierno en Andalucía, José Antonio Viera, pidió ayer a Londres "transparencia" en las paradas de sus submarinos en Gibraltar y dijo que espera que las escalas de las naves sean sólo por motivos técnicos de descanso del personal y abastecimiento y no para repararlos.